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sexta-feira, 2 de setembro de 2022

LA VENGANZA DEL DIOS VIVIENTE - PARTE TRES


 LA VENGANZA DEL DIOS VIVIENTE - PARTE TRES

Ya hemos explicado en la primera y segunda parte de esta revelación, LA VENGANZA DEL DIOS VIVO, que el Dios vivo es el Señor del ministerio de muerte y condenación, en oposición al verdadero Dios vivo, Jesucristo, que se presenta a nosotros con el ministerio de justicia y salvación.

Y que estos dos ministerios fueron presentados por el Espíritu Santo de Jesucristo, como nos dio el Apóstol Pablo:

El cual aun nos hizo que fuésemos ministros suficientes del Nuevo Testamento, no de la letra, sino del Espíritu; porque la letra mata, mas el Espíritu vivifica. Y si el ministerio de muerte en la letra grabado en piedras, fue para gloria, tanto que los hijos de Israel no pudiesen poner los ojos en la faz de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer, ¿Cómo no será para mayor gloria el ministerio del Espíritu? Porque si el ministerio de condenación fue de gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justicia. 2 Coríntios 3:6-9.

Así empezamos a entender el ministerio de muerte y condenación:

Y apareció otra señal en el cielo: y he aquí un grande dragón bermejo, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas. Y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las echó en tierra. Y el dragón se paró delante de la mujer que estaba de parto, a fin de devorar a su hijo cuando hubiese nacido. Apocalipse 12:3,4.

Y fue lanzado fuera aquel gran dragón, que es la serpiente antigua, que es llamado diablo y el Satanás, el cual engaña al mundo entero; y fue arrojado en tierra, y sus ángeles fueron derribados con él. Apocalipse 12:9.

De esto entendemos que las dos terceras partes de los ángeles en el cielo permanecen seguros en la casa del Padre celestial. Y la tercera parte de los ángeles vino con el Dragón, el Dios de los vivientes, a las tinieblas de afuera.

Por lo tanto, la misión de Jesucristo es llevarnos de regreso a la casa del Padre Celestial.

Y sabemos esto por las palabras de Jesucristo en el capítulo 17 del libro del evangelio de Juan.

Estas cosas habló Jesús, y levantados los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora viene; clarifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te clarifique a ti; como le has dado la potestad de toda carne, para que a todos los que le diste, les dé vida eterna.
Esta empero es la vida eterna: que te conozcan el único Dios verdadero, y al que enviaste, Jesús, el Cristo.
João 17:1-3.

Jesús se refiere al Dios verdadero, porque el Dios vivo, ahora en las tinieblas de afuera, se ha convertido en Dios creador de la materia viva.

Y después de seducir a sus ángeles, comenzó su ministerio de muerte y condenación, culpando al ser humano de todo el mal que le sobrevino. E hizo esto, llevando a su criatura al pecado, para justificar el sufrimiento, el dolor y la muerte de su creación:

Y dijo el SEÑOR Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, para que no meta su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre; y lo sacó el SEÑOR del huerto de Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado. Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una llama de cuchillo que andaba en derredor para guardar el camino del árbol de la vida. Gênesis 3:22-24.

Y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las echó en tierra. Y el dragón se paró delante de la mujer que estaba de parto, a fin de devorar a su hijo cuando hubiese nacido. Apocalipse 12:4.

Estos ángeles caídos son conocedores del bien y del mal:

Y dijo el SEÑOR Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros sabiendo el bien y el mal Gênesis 3:22.

Por lo tanto, como sabemos por la segunda parte de esta revelación, LA VENGANZA DEL DIOS VIVO, tenemos nuestros nombres escritos en el libro de condenación del Dios vivo, y para quitar nuestros nombres de ese libro, necesitamos nacer de nuevo, con Jesucristo.

Como hemos visto antes, hay un proyecto en marcha por parte del Dios viviente, que nos llevará a la guerra de nación contra nación y, al final, a la destrucción del mismo planeta Tierra; según el Dios vivo, a causa de la culpa de la humanidad. Pero sabemos que todo esto es parte de un proyecto astuto del Dios vivo.

Y dijo el SEÑOR: Raeré los hombres que he creado de sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el animal y hasta el ave de los cielos; porque me arrepiento de haberlos hecho. Gênesis 6:7.

Pero sabemos que:

Dios no es hombre, para que mienta; ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará?; habló, ¿y no lo ejecutará? Números 23:19.

Entonces la operación del error, la operación del Dios viviente, nos fue revelada en la visión del profeta Isaías:

Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; que siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, el SEÑOR de los ejércitos. Isaías 6:5;

Y luego yo fui en espíritu; y he aquí, un trono que estaba puesto en el cielo, y sobre el trono estaba uno sentado. Y el que estaba sentado, era al parecer semejante a una piedra de Jaspe y de Sardónice; y un arco del cielo estaba alrededor del trono, semejante en el aspecto a la esmeralda. Y alrededor del trono había veinticuatro sillas; y vi sobre las sillas veinticuatro ancianos sentados, vestidos de ropas blancas; y tenían sobre sus cabezas coronas de oro. Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y siete lámparas de fuego estaban ardiendo delante del trono, las cuales son los siete Espíritus de Dios. Y delante del trono había como un mar de color de vidrio semejante al cristal; y en medio del trono, y alrededor del trono, cuatro animales llenos de ojos delante y detrás. Y el primer animal era semejante a un león; y el segundo animal, semejante a un becerro, y el tercer animal tenía el rostro como de hombre; y el cuarto animal, semejante a un águila volando.
Y los cuatro animales tenían cada uno por sí seis alas alrededor; y de dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día ni noche, diciendo: Santo, Santo, Santo el Señor Dios Todopoderoso, el que era, y que es, y que ha de venir.
Y cuando aquellos animales daban gloria y honra y alabanza al que está sentado en el trono, al que vive para siempre jamás;
los veinticuatro ancianos se postraban delante del que estaba sentado en el trono, y adoraban al que vive para siempre jamás; y echaban sus coronas delante del trono, diciendo: Señor, digno eres de recibir gloria y honra y virtud, porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad tienen ser y fueron creadas.
Apocalipse 4:2-11;

Juntamos el libro de Isaías con el apocalipsis a propósito, ya que ambos libros buscan confundir al ser humano para impedir nuestra salvación con Jesucristo.

Entonces dijo: Anda, y di a este pueblo: Oíd bien, y no entendáis; ved por cierto, mas no comprendáis. Engruesa el corazón de este pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus ojos; para que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni su corazón entienda; ni se convierta, y haya para él sanidad. Isaías 6:9,10.

¿Tu entendiste? La visión de Isaías es la misma visión del apocalipsis. Y tiene la misma misión. Engañando a los seres humanos, para que no aceptemos la salvación de Jesucristo y así, caemos en la trampa de la operación del error y somos exterminados y vamos a la muerte segunda, el infierno.

¿Caerá el ave en el lazo sobre la tierra, sin haber armador? ¿Se alzará el lazo de la tierra, si no se ha prendido algo?
¿Se tocará la trompeta en la ciudad, y no se alborotará el pueblo? ¿Habrá algún mal en la ciudad, el cual el SEÑOR no haya hecho? Porque no hará nada el Señor DIOS, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas
Amós 3:5-7.

De hecho, el Dios viviente hizo del planeta Tierra su libro, donde cuenta su historia, en forma de parábolas. E hizo de los seres humanos sus esclavos al servicio de su tragedia.

Y el SEÑOR respondió a Moisés: Al que pecare contra mí, a éste raeré yo de mi libro. Êxodo 32:33.

Y así, el Dios vivo nos tuvo prisioneros, hasta que Jesucristo vino y nos liberó.

Así que, por cuanto los hijos participan de carne y sangre, él (Jesucristo) también participó de lo mismo, para destruir por la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo,
Y librar a los que por el temor de la muerte estaban por toda la vida sujetos a servidumbre.
Hebreus 2:14,15.

Mientras que dos tercios de los ángeles permanecen felices en la casa del Padre Celestial. La tercera parte de los ángeles que viven en tinieblas en el templo del Dios vivo están en constante aflicción. Vea:

Y los cuatro animales tenían cada uno por sí seis alas alrededor; y de dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día ni noche, diciendo: Santo, Santo, Santo el Señor Dios Todopoderoso, el que era, y que es, y que ha de venir. Apocalipse 4:8.

Y encima de él estaban serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, y con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, Santo, Santo, el SEÑOR de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. Isaías 6:2,3.

Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! Porque el diablo ha descendido a vosotros, teniendo gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo. Apocalipse 12:12.

Así comienza la historia del Dios vivo con los seres vivos:

Y dijo Dios: Produzca la tierra alma viviente según su naturaleza, bestias y serpientes, y animales de la tierra según su naturaleza; y fue así. Gênesis 1:24.

Pero Dios, el Padre Celestial, movido con compasión y amor:

Y nosotros hemos conocido y creído la caridad que Dios tiene en nosotros. Dios es caridad; y el que permanece en caridad, permanece en Dios, y Dios en él. 1 João 4:16.

El que no ama, no conoce a Dios; porque Dios es caridad. 1 João 4:8.

Así es como Dios, el Padre Celestial, movido por su amor, envió su verdadera imagen para salvarnos.

Dando gracias al Padre que nos hizo dignos para participar en la herencia de los santos en luz; que nos libró de la potestad de las tinieblas, y nos traspasó en el Reino de su amado Hijo,
en el cual tenemos redención por su sangre, la remisión de pecados. El cual es la imagen del Dios invisible, el Primogénito de toda criatura. Porque por él fueron creadas todas las cosas que están en los cielos, y que están en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por él y en él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas consisten por él;
y él es la cabeza, del cuerpo de la Iglesia, principio y primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga el primado. Por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, y por él reconciliar todas las cosas a sí, pacificando por la sangre de su madero, así lo que está en la tierra como lo que está en los cielos. A vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos de ánimo en malas obras, ahora empero os ha reconciliado en el cuerpo de su carne por medio de la muerte, para haceros santos, y sin mancha, e irreprensibles delante de él; si empero permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del Evangelio que habéis oído; el cual es predicado a toda criatura que está debajo del cielo; del cual yo Pablo soy hecho ministro.
Que ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las tribulaciones del Cristo por su cuerpo, que es la Iglesia; de la cual soy hecho ministro, por la dispensación de Dios la cual me es dada en vosotros, para que cumpla la palabra de Dios; a saber , el misterio escondido desde los siglos y generaciones y que ahora ha sido manifestado a sus santos, a los cuales quiso Dios hacer notorias las riquezas de la gloria de este misterio en los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria,
el cual nosotros anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando en toda sabiduría, para hacer a todo hombre perfecto en el Cristo Jesús; en lo cual aun trabajo, combatiendo por la operación de él, la cual él obra en mí poderosamente.
Colossenses 1:12-29.

Por tanto, el mismo Señor os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y Dará A LUZ UN hijo, y llamará su nombre Emmanuel. Isaías 7:14.

He aquí una Virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emmanuel, que es, si lo declaras: Dios con nosotros. Mateus 1:23.

Y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las echó en tierra. Y el dragón se paró delante de la mujer que estaba de parto, a fin de devorar a su hijo cuando hubiese nacido. Apocalipse 12:4.

Pero Jesucristo resistió las seducciones del Dragón y nos concedió su gracia. Y ahora, nos toca a nosotros aceptar su salvación.

Que nos libró de la potestad de las tinieblas, y nos traspasó en el Reino de su amado Hijo,en el cual tenemos redención por su sangre, la remisión de pecados. Colossenses 1:13,14.

Por lo que hemos visto hasta aquí, el lector entiende que Jesucristo, en cuanto que los seres humanos fueron encarcelados en carne y sangre, y sujetos a la misma condenación del Dios vivo, al fuego del infierno, la muerte segunda; Jesús se puso en la misma condición que nosotros, excepto para hacer el mal, ya través de su testimonio del amor de Dios nuestro Padre Celestial, Jesús nos invita a volver a la condición que teníamos con Dios Padre antes de la creación del mundo. Una condición que el Dios vivo en Génesis nos quitó la capacidad de recordar.

Así que, por cuanto los hijos participan de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo,
Y librar a los que por el temor de la muerte estaban por toda la vida sujetos a servidumbre.
Hebreus 2:14,15.

La servidumbre que comenzó el día que el Dios viviente nos hizo conocer la iniquidad, mediante la prueba del árbol del conocimiento del bien y del mal.

Mas del árbol de la ciencia del bien y del mal, no comerás de él; porque el día que de él comieres, morirás. Gênesis 2:17.

Había también hecho producir el SEÑOR Dios de la tierra todo árbol deseable a la vista, y bueno para comer, y el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.
Gênesis 2:9.

Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de Dios; porque Dios no puede ser tentado de los males, ni él tienta a alguno; Tiago 1:13.

Toda buena dádiva, y todo don perfecto es de lo alto, que desciende del Padre de las lumbres, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación. Tiago 1:17.

Y fue con astucia y mentira que el Dios viviente, en el día que caímos en sus pruebas, injustamente nos condenó a apartarnos del conocimiento de la casa celestial y de la vida eterna, que es llamada el árbol de la vida.

Y dijo el SEÑOR Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, para que no meta su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre; Gênesis 3:22.

Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una llama de cuchillo que andaba en derredor para guardar el camino del árbol de la vida. Gênesis 3:24.

Así, a través de la seducción, la prueba, el sufrimiento, el dolor y la muerte, el Dios viviente aniquiló a casi toda la humanidad antes de Noé.

Y dijo el SEÑOR: Raeré los hombres que he creado de sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el animal y hasta el ave de los cielos; porque me arrepiento de haberlos hecho. Gênesis 6:7.

Así rayó toda la sustancia que había sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, hasta el animal, y hasta el ave del cielo; y fueron raídos de la tierra; y quedó solamente Noé, y los que con él estaban en el arca. Gênesis 7:23;

Y olió el SEÑOR olor de reposo; y dijo el SEÑOR en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del hombre es malo desde su niñez; ni volveré más a herir toda cosa viva, como he hecho. Gênesis 8:21.

Más tarde dispersó a los descendientes de Noé por toda la tierra, alegando que era necesario desunirlos.

Sin embargo, sabemos que la voluntad de Dios Padre es que todos seamos uno:

Para que todos sean una cosa; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean en nosotros una cosa; para que el mundo crea que tú me enviaste. João 17:21.

En oposición a la voluntad de Dios Padre, el Dios viviente, desunió a toda la humanidad. Vea:

Y dijo el SEÑOR: He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un lenguaje; y ahora comienzan a hacer, y ahora no dejarán de efectuar todo lo que han pensando hacer. Ahora pues, descendamos, y mezclemos allí sus lenguas, que ninguno entienda la lengua de su compañero. Gênesis 11:6,7.

Y como explicamos anteriormente, el Dios vivo no se arrepintió de haber destruido a los seres humanos de la faz de la tierra. Preparó, después del Diluvio de Noé, un nuevo proyecto. En este proyecto, el Dios vivo dispersó primero a los seres humanos por la tierra; así que tomó un descendiente de Noé y comenzó a caminar con él, para formar un pueblo, y con este pueblo instruido por él, podría exterminar, en una guerra fratricida, a los demás pueblos descendientes de Noé. Pero hoy sabemos, por el conocimiento de la venganza del Dios vivo, que Él no sólo quiso conducir a los seres humanos a la guerra fratricida; Quiere que los seres humanos se culpen a sí mismos de todos los males que les suceden; y hacerles creer que sus pecados son la razón por la que Él destruirá, no solo toda la vida en el planeta Tierra, sino el planeta mismo.

Pero el SEÑOR había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu naturaleza, y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré; y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Gênesis 12:1,2;

Sin embargo, un poco más tarde ya observamos al bienaventurado Abraham, teniendo que entregar a su mujer a cambio de su vida y riquezas y lo hizo, dos veces. Vea:

Y hubo hambre en la tierra, y descendió Abram a Egipto para peregrinar allá; porque era grande el hambre en la tierra.
Y aconteció que cuando llegó para entrar en Egipto, dijo a Sarai su mujer: He aquí, ahora conozco que eres mujer hermosa de vista; y será, que cuando te vean los egipcios, dirán: Su mujer es; y me matarán a mí, y a ti te darán la vida. Ahora pues, di que eres mi hermana, para que yo halle bien por causa tuya, y viva mi alma por amor de ti.
Gênesis 12:10-13;

De allí partió Abraham a la tierra del mediodía, y se asentó entre Cades y Shur, y peregrinó en Gerar. Y decía Abraham de Sara su mujer: Mi hermana es. Y Abimelec, rey de Gerar, envió y tomó a Sara. Pero Dios vino a Abimelec en sueños de noche, y le dijo: He aquí muerto eres por la mujer que has tomado, la cual es casada con marido. Gênesis 20:1-3.

Y finalmente, el Dios viviente probó a Abraham, pidiéndole que sacrificara a su hijo Isaac. Vea:

Y aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré. Gênesis 22:1,2;

Pero el ángel del Señor lo llamó desde el cielo y le dijo:

Entonces el ángel del SEÑOR le dio voces del cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; que ahora conozco que temes a Dios, pues que no me rehusaste tu hijo, tu único; Gênesis 22:11,12.

Sin embargo, ahora sabéis por el poder del Espíritu Santo de Jesucristo, que Dios, el verdadero Padre, a nadie tienta. Vea:

Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de Dios; porque Dios no puede ser tentado de los males, ni él tienta a alguno; Tiago 1:13.

Y si pensáis que el Dios viviente impidió que Abraham matara a su hijo Isaac, por amor; Esto es lo que le sucedió al juez Jafté:

Y el Espíritu del SEÑOR fue sobre Jefté; y pasó por Galaad y Manasés, y de allí pasó a Mizpa de Galaad, y de Mizpa de Galaad pasó a los hijos de Amón. Y Jefté hizo voto al SEÑOR, diciendo: Si entregares a los amonitas en mis manos,
cualquiera que me saliere a recibir de las puertas de mi casa, cuando volviere de los amonitas en paz, será del SEÑOR, y le ofreceré en holocausto.
Juízes 11:29-31;

Pasó pues Jefté a los hijos de Amón para pelear contra ellos; y el SEÑOR los entregó en su mano.Y los hirió de grandísimo estrago desde Aroer hasta llegar a Minit, veinte ciudades; y hasta la vega de las viñas. Así fueron dominados los amonitas delante de los hijos de Israel.Y volviendo Jefté a Mizpa a su casa, he aquí que su hija le salió a recibir con adufes y danzas, y era la sola, la única suya; no tenía fuera de ella otro hijo ni hija.Y cuando él la vio, rompió sus vestidos diciendo: ¡Ay, hija mía! de verdad me has abatido, y tú eres de los que me afligen; porque yo he abierto mi boca al SEÑOR, y no podré retractarme. Juízes 11:32-35.

Y volvió a decir a su padre: Concédeme esto: déjame por dos meses que vaya y descienda por los montes, y llore mi virginidad, yo y mis compañeras. El entonces dijo: Ve. Y la dejó por dos meses. Y ella fue con sus compañeras, y lloró su virginidad por los montes. Pasados los dos meses volvió a su padre, e hizo de ella conforme a su voto que había hecho. Y ella nunca conoció varón. De aquí fue la costumbre en Israel que de año en año iban las doncellas de Israel a endechar a la hija de Jefté, galaadita, cuatro días en el año. Juízes 11:37-40.

La pregunta que no puede quedarse callada es ¿por qué el Dios vivo no impidió el sacrificio de la hija de Jefté, como lo hizo con Isaac? Y la respuesta es: Isaac era importante para el ministerio de muerte y condenación, mientras que la hija de Jefté no lo era.

El ministerio de muerte y condenación tiene su origen en la promesa que el Dios vivo le hizo a Abraham. Vea:

Y le dijo: Yo soy el SEÑOR, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte a heredar esta tierra. Y él respondió: Señor DIOS ¿en qué conoceré que la tengo de heredar? Y le dijo: Apártame una becerra de tres años, y una cabra de tres años, y un carnero de tres años, una tórtola también, y un palomino. Y tomó él todas estas cosas, y las partió por la mitad, y puso cada mitad una enfrente de otra; mas no partió las aves. Y descendían aves sobre los cuerpos muertos, y las ojeaba Abram. Y fue que poniéndose el sol cayó sueño sobre Abram, y he aquí que un temor, una oscuridad grande cayó sobre él. Entonces dijo a Abram: Ten por cierto que tu simiente será peregrina en tierra no suya, y les servirán, y serán afligidos cuatrocientos años.
Mas también a la gente a quien servirán, juzgo yo; y después de esto saldrán con grande riqueza. Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez. Y en la cuarta generación volverán acá; porque aun no está cumplida la maldad del amorreo hasta aquí. Y sucedió que puesto el sol, y hubo una oscuridad, y he aquí un horno de humo, y una antorcha de fuego que pasó por entre las mitades.
Aquel día hizo el SEÑOR pacto con Abram diciendo: A tu simiente daré esta tierra desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates; al cineo, y al cenezeo, y al cadmoneo,
al heteo, y al ferezeo, y al rafeo, y al amorreo, y al cananeo, y al gergeseo, y al jebuseo.
Gênesis 15:7-21;

El pacto fue hecho en medio de la oscuridad; durante la noche. A través de este pacto, el Dios viviente prometió a los descendientes de Abram las tierras desde el río de Egipto hasta el gran río Éufrates:

Aquel día hizo el SEÑOR pacto con Abram diciendo: A tu simiente daré esta tierra desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates; al cineo, y al cenezeo, y al cadmoneo,
al heteo, y al ferezeo, y al rafeo, y al amorreo, y al cananeo, y al gergeseo, y al jebuseo.
Gênesis 15:18-21.

Así que el ministerio de muerte y condenación, como verá el lector más adelante, es la respuesta al pacto que el Dios viviente hizo con Abraham y su descendencia, que les daría las tierras de otras naciones Gênesis 15:18-21.

Y se llama ministerio de muerte y de condenación, porque es el regreso del Dios vivo, con la descendencia de Abraham, para cumplir el pacto hecho en Gênesis 15:18-21, que dará como resultado la determinación escrita por el Dios viviente, en las tablas de piedra de Moisés, para matar a todos los habitantes de la tierra prometida. Por eso se llama el ministerio de la muerte. Tema que veremos más adelante.

Entonces, ¿por qué la hija de Jafté no fue salvada de la muerte, como lo fue Isaac? Precisamente porque esta niña no era importante para el ministerio de muerte y condenación promovido por el Dios vivo, mientras que Isaac sí lo era.

Pero la prueba de Abraham no se detuvo en el cuasi-sacrificio de Isaac, porque poco después el Dios viviente, usando a Sara, la esposa de Abram, obliga a Abraham a abandonar a su hijo Ismael ya su madre Agar. Vea:

Entonces Abraham se levantó muy de mañana, y tomó pan, y un odre de agua, y lo dio a Agar, poniéndolo sobre su hombro, y le entregó al muchacho, y la envió. Y ella fue, y se perdió en el desierto de Beerseba. Gênesis 21:14.

¿Y por qué el Dios viviente hizo esto?

Por la misma razón que no mató a Isaac.

Para generar conflictos entre los descendientes de estos patriarcas.

Los conflictos creados por el Dios vivo, junto con los patriarcas israelitas, van aumentando paulatinamente, hasta que en nuestro tiempo, el tiempo de la venganza del Dios vivo, será, entre muchos otros, el motivo de la guerra de la nación contra la nación. La guerra fratricida del Día de la Venganza del Dios Vivo, o el tiempo del fin, donde el Dios vivo desciende entre la humanidad, para llevarnos a la autodestrucción y al fin del planeta Tierra, mediante la caída de las estrellas contra nuestros planeta.

Sobre la guerra de nación contra nación, lea nuestra revelación:

https://livrodoespiritosanto.webnode.com.br/capitulo-7-espanol/

Si por alguna razón no puede acceder a esta dirección, le ofrecemos otra:

http://martins125.blogspot.com/2019/04/el-holocausto-final-y-la-ultima-pascua.html

Pasamos ahora, la cuarta parte de la revelación: LA VENGANZA DEL DIOS VIVIENTE.

En la cuarta parte seguimos revelando el malvado plan del Dios vivo que nos engaña para llevarnos al infierno, a la muerte segunda; sufriendo una fuerte oposición de Jesucristo, el amor de Dios Padre, que lucha por salvarnos del infierno para llevarnos de vuelta a la casa del Padre Celestial.

 

LA VENGANZA DEL DIOS VIVIENTE - CUARTA PARTE.

https://martins211.blogspot.com/2022/09/la-venganza-del-dios-viviente-cuarta.html

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