LA VENGANZA DEL DIOS VIVIENTE - CUARTA PARTE.
En la tercera parte de
nuestra revelación: LA VENGANZA DEL DIOS VIVO, estábamos repasando el proceso
histórico de cómo el Dios viviente usó a los patriarcas israelitas para
llevarnos al fratricidio mundial actual; sembrando en los patriarcas la semilla
de la discordia, la cual se extenderá de generación en generación, hasta que al
final seremos conducidos a una guerra de nación contra nación, motivada por
guerras idealizadas por el Dios vivo.
Ahora, en la cuarta
parte de nuestra revelación: LA VENGANZA DEL DIOS VIVIENTE, continuamos con
nuestra revelación desde la muerte de Abraham.
Con la muerte de
Abraham, el Dios viviente comenzó a probar a Isaac, el hijo de Abraham.
¿Y por qué se eligió a
Isaac para ser el bendito primogénito de Abraham, si quien realmente fue el
primogénito fue Ismael?
Todo el tema está
ligado a la semilla que dará origen a la persona de Jesucristo. Esta fue
también la razón por la cual, em Gênesis 6:7,8, el Todopoderoso,
tenía que mantener vivo a Noé, mientras toda esa humanidad se ahogaba en las
aguas del diluvio.
Esta fue también la
causa de por qué Abraham fue elegido a pesar de que naturalmente no podía tener
hijos Gênesis 15:1-21.
Así, Isaac es el hombre que contiene la simiente de Jesucristo, y por eso la
historia bíblica pesa sobre este ser humano.
Por la misma razón, el
hijo de Isaac, llamado Jacob, también recibirá la bendición de la
primogenitura, en lugar de su hermano Isau, quien por ley natural era el
primogénito.
Es de este Jacob, que
luego se llamará Israel Gênesis 35:10,
que surgirá el pueblo israelita, responsable de la simiente de Jesucristo y por
eso se le llama pueblo santo.
Y en cierto modo, lo
que le pasó a Abraham, le pasó a su hijo Isaac. Vea:
Habitó, pues, Isaac en Gerar.Y los hombres de aquel lugar le
preguntaron acerca de su mujer; y él respondió: Es mi hermana; porque tuvo
miedo de decir: Es mi mujer; por ventura, dijo , los varones del lugar me
matarían por causa de Rebeca; porque era de hermoso aspecto. Gênesis 26:6,7;
Y entre tantas
pruebas, Isaac aún fue engañado por su esposa, bendiciendo a su hijo Jacob, en
lugar del primogénito Esaú.
Entonces Isaac su padre le dijo: ¿Quién eres tú? Y él dijo:
Yo soy tu hijo, tu primogénito, Esaú. Entonces se estremeció Isaac con grande
estremecimiento, y dijo: ¿Quién es el que vino aquí, que tomó caza, y me trajo,
y comí de todo antes que vinieses? Yo le bendije, y será bendito. Gênesis 27:32,33;
Y tal como lo había hecho con Ismael e Isaac, una vez más el
Dios viviente astutamente creó contienda entre los hermanos Esaú y Jacob y más
tarde entre sus descendientes.
Después de Isaac, el Dios viviente procedió a probar a Jacob
su hijo, quien se había quedado con la bendición de Esaú.
Y fueron dichas a Rebeca las palabras de Esaú su hijo mayor;
y ella envió y llamó a Jacob su hijo menor, y le dijo: He aquí, Esaú tu hermano
se consuela acerca de ti con la idea de matarte. Gênesis 27:42;
Jacob después de
luchar contra un ángel se llama Israel.
Y se quedó Jacob solo, y luchó con él un varón, hasta que el
alba subía. Y
cuando el varón vio que no podía con él, tocó la palma de su anca, la palma del
anca de Jacob se descoyuntó luchando con él. Y dijo: Déjame, que el alba sube. Y él dijo: No te dejaré, si no me
bendices. Y él le dijo: ¿Cómo es tu
nombre? Y él respondió: Jacob. Y él dijo:
No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has peleado con Dios y con
los hombres, y has vencido. Gênesis 32:24-28.
Y al final, Jacob es
engañado por sus propios hijos, en el caso de José.
Y sucedió que , cuando llegó José a sus hermanos, ellos
hicieron desnudar a José su ropa, la ropa de colores que tenía sobre sí; y le tomaron, y le
echaron en la cisterna; mas la cisterna estaba vacía, no había en ella agua.
Y se sentaron a comer pan; y alzando los ojos miraron,
y he aquí una compañía de ismaelitas que venía de Galaad, y sus camellos traían
aromas y bálsamo y mirra, e iban a llevarlo a Egipto. Entonces Judá dijo a sus hermanos: ¿Qué provecho el
que matemos a nuestro hermano y encubramos su muerte? Venid, y vendámosle a los ismaelitas, y no sea nuestra
mano sobre él; que nuestro hermano es nuestra carne. Y sus hermanos acordaron
con él. Y cuando pasaban los madianitas
mercaderes, sacaron ellos a José de la cisterna, y le trajeron arriba, y le
vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a
Egipto. Y Rubén volvió a la cisterna, y
no halló a José dentro, y rasgó sus vestidos. Y tornó a sus hermanos y dijo: El joven no parece; y yo, ¿adónde iré yo?
Entonces tomaron ellos la ropa de José, y
degollaron un cabrito de las cabras, y tiñieron la ropa con la sangre; y enviaron la ropa de colores y la trajeron a su
padre, y dijeron: Esta hemos hallado, reconoce ahora si es o no la ropa de tu
hijo. Y él la conoció, y dijo: La ropa de
mi hijo es; alguna mala bestia le devoró; José ha sido despedazado. Entonces Jacob rasgó sus vestidos, y puso saco sobre
sus lomos, y se enlutó por su hijo muchos días. Gênesis 37:23-34.
Como ya sabes, José
sobrevivió y pasó a formar parte del gobierno de Egipto.
Después de probar a
Jacob en todos los sentidos; con la muerte de Jacob, el Dios vivo comienza a
probar a José, hijo de Jacob, quien llevó al pueblo de Israel a vivir y pasar
toda clase de pruebas en Egipto durante cuatrocientos años, en obediencia al
decreto del Dios vivo Gênesis 15:1-21.
Entonces dijo a Abram: Ten por cierto que tu simiente será
peregrina en tierra no suya, y les servirán, y serán afligidos cuatrocientos
años. Gênesis 15:13.
Después de este
período, principalmente en pruebas, sufrimientos y dolores, el Dios vivo
finalmente sacó al pueblo de Egipto, usando a Moisés, con toda clase de
prodigios, hasta que finalmente mató al primogénito inocente de los egipcios:
Pues yo pasaré aquella noche por la tierra de Egipto, y
heriré a todo primogénito en la tierra de Egipto, así en los hombres como en las
bestias; y haré juicios en todos los dioses de Egipto. Yo soy el SEÑOR. Êxodo 12:12;
Horrenda cosa es caer en las manos del Dios viviente. Hebreus 10:31.
El Dios viviente
ordenó a Moisés saquear a los egipcios, extorsionando oro y metales preciosos
para llevarlos al desierto:
Pero yo extenderé mi mano, y heriré a Egipto con todas mis
maravillas que haré en él, y entonces os dejará ir. Y yo daré a este pueblo
gracia en los ojos de los egipcios, para que cuando os partiereis, no salgáis
vacíos; sino que demandará cada mujer a
su vecina y a su huéspeda vasos de plata, vasos de oro, y vestidos, los cuales
pondréis sobre vuestros hijos y vuestras hijas, y despojaréis a Egipto. Êxodo 3:20-22;
Habla ahora al pueblo, y que cada uno demande a su vecino, y
cada una a su vecina, vasos de plata y de oro. Êxodo 11:2.
En el desierto, el
Dios viviente apartó a Moisés del pueblo durante cuarenta días.
Y entró Moisés en medio de la nube, y subió al monte; y
estuvo Moisés en el monte cuarenta días y cuarenta noches. Êxodo 24:18.
Y me postré delante del SEÑOR cuarenta días y cuarenta
noches, como estuve postrado antes; porque el SEÑOR dijo que os había de
destruir. Deuteronômio 9:25;
Pensando que Moisés
estaba muerto, el pueblo que usó el oro extorsionado a los egipcios cayó en la
trampa del Dios vivo e hizo un becerro de oro para adorarlo.
Mas viendo el pueblo que Moisés tardaba en descender del
monte, se juntó entonces a Aarón, y le dijeron: Levántate, haznos dioses que
vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, aquel varón que nos sacó de la
tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido. Êxodo 32:1;
Y a causa del becerro
de oro, el Dios viviente quería matar a todo el pueblo.
Ahora pues, déjame que se encienda mi furor en ellos, y los
consuma; y a ti yo te pondré sobre gran gente. Êxodo 32:10;
Horrenda cosa es caer en las manos del Dios viviente. Hebreus 10:31.
Pero Moisés intercedió
por el pueblo.
Entonces Moisés oró a la faz del SEÑOR su Dios, y dijo: ¡Oh
SEÑOR! ¿Por qué se encenderá tu furor en tu pueblo, que tú sacaste de la tierra
de Egipto con gran fortaleza, y con mano fuerte? ¿Por qué han de hablar los egipcios,
diciendo: Para mal los sacó, para matarlos en los montes, y para raerlos de
sobre la faz de la tierra? Vuélvete del furor de tu ira, y arrepiéntete del mal
de tu pueblo. Êxodo 32:11,12;
El Dios viviente luego
ordenó a Moisés que determinara la muerte de los culpables.
Y él les dijo: Así dijo el SEÑOR Dios de Israel: Poned cada
uno su espada sobre su muslo; pasad y volved de puerta a puerta por el
campamento, y matad cada uno a su hermano, y a su amigo, y a su pariente. Êxodo 32:27;
Horrenda cosa es caer en las manos del Dios viviente. Hebreus 10:31.
Y Moisés recibió de
Dios Todopoderoso mandamientos escritos en dos tablas de piedra. Estos
mandamientos eran determinaciones específicas y exclusivas para el pueblo
israelita y determinaban que el pueblo israelita mataría a todos los pueblos de
la tierra prometida y los demás pueblos lejanos, serían esclavizados o
exterminados, si no estaban de acuerdo con los términos israelitas. Sin
embargo, los escritores israelitas, temiendo la rebelión de otros seres
humanos, crearon diez falsos mandamientos, predicaron la paz entre los seres
humanos e hicieron de su Dios Todopoderoso un dios de paz.
Pero los mandamientos
reales eran para matar a toda la gente en la tierra prometida, y los otros
pueblos lejanos, debían ser esclavizados o exterminados Éxodo Êxodo 34:1-27.
Y estos fueron los
términos reales que fueron registrados en las tablas de piedra de Moisés:
Cuando te acercares a una
ciudad para combatirla, le intimarás la paz. Y será que, si
te respondiere: Paz, y te abriere, todo el pueblo que en ella fuere hallado te
serán tributarios, y te servirán. Mas si
no hiciere paz contigo, y emprendiere contigo guerra, y la cercares,y el SEÑOR
tu Dios la entregare en tu mano, entonces herirás a todo varón suyo a filo de
espada.
Solamente las mujeres y los niños, y los
animales, y todo lo que hubiere en la ciudad, todos sus despojos, tomarás para
ti; y comerás del despojo de tus enemigos, los cuales el SEÑOR tu Dios te
entregó. Así harás a todas las ciudades
que estuvieren muy lejos de ti, que no fueren de las ciudades de estos
gentiles.
Solamente de las ciudades de estos pueblos que
el SEÑOR tu Dios te da por heredad, ninguna persona dejarás con vida;
del todo los destruirás: al heteo, y al amorreo,
y al cananeo, y al ferezeo, y al heveo, y al jebuseo, como el SEÑOR tu Dios te
ha mandado; Deuteronômio 20:10-17;
Y así Josué, el
sucesor de Moisés, buscó cumplir religiosamente con las determinaciones de las
tablas de piedra de Moisés.
Yo os he entregado, como lo
había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie. Josué 1:3;
Hirió pues Josué toda la
región de las montañas, y del mediodía, y de los llanos, y de las cuestas, con
todos sus reyes, sin quedar nada; todo lo que tenía vida mató, de la manera que
el SEÑOR Dios de Israel lo había mandado Josué 10:40;
Pues la palabra del SEÑOR les será, mandamiento tras mandamiento,
mandamiento tras mandamiento; renglón tras renglón, renglón tras renglón, un
poquito allí, otro poquito allá; que vayan y caigan de espaldas, y se
desmenucen, y se enreden, y sean presos. Isaías 28:13;
Pero sabemos que todo lo que la ley dice, a los que están en
la ley lo dice, para que toda boca se tape, y que todo el mundo se sujete a
Dios; porque por las obras de
la ley ninguna carne se justificará delante de él; porque por la ley es el
conocimiento del pecado. Romanos 3:19,20.
¿Luego la ley es contra las promesas de Dios? En ninguna
manera; porque si alguna ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera
verdaderamente por la ley. Mas encerró la Escritura todo bajo pecado, para que la
promesa fuese dada a los creyentes por la fe de Jesús, el Cristo. Pero antes que viniese la fe, estábamos guardados bajo
la ley, encerrados para aquella fe que había de ser descubierta. De manera que la ley fue ayo nuestro para llevarnos a
Cristo, para que fuésemos justificados por la fe. Mas venida la fe, ya no estamos bajo la mano del ayo;
Gálatas 3:21-25.
Así que ahora, ninguna condenación hay para los que están en
el Ungido, Jesús, que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del
Espíritu de vida en el Ungido, Jesús, me ha librado de la ley del pecado y de
la muerte. Porque lo que era imposible a
la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios enviando a su Hijo en semejanza
de carne de pecado, y por el pecado, condenó al pecado en la carne; para que la justicia de la ley fuese cumplida en
nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
Porque los que son conforme a la carne, las
cosas que son de la carne saben; mas los que conforme al Espíritu, las cosas
que son del Espíritu. Porque la prudencia
de la carne es muerte; mas la prudencia del Espíritu, vida y paz; por cuanto la prudencia de la carne es enemistad
contra Dios; porque no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede. Así que, los que son carnales no pueden agradar a
Dios. Mas vosotros no sois en la carne,
sino en el Espíritu, por cuanto el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si
alguno no tiene el Espíritu del Cristo, el tal no es de él. Pero si el Cristo está en vosotros, el cuerpo a la verdad
es muerto a causa del pecado; mas el espíritu vive a causa de la justicia.
Romanos 8:1-10.
Habiendo purificado vuestras almas en la obediencia de la
verdad, por el Espíritu, en caridad hermanable sin fingimiento, amaos unos a
otros entrañablemente de corazón puro, 1 Pedro 1:22;
El fin del mandamiento es la caridad nacida de corazón
limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida; 1 Timóteo 1:5;
El cual aun nos hizo que fuésemos ministros suficientes del
Nuevo Testamento, no de la letra, sino del Espíritu; porque la letra mata, mas
el Espíritu vivifica. 2 Coríntios 3:6;
Por tanto, los que
están con el Espíritu de Cristo guardan naturalmente los mandamientos. No los
mandamientos de asesinato del Dios vivo, sino los mandamientos de misericordia,
de perdón y de vida, que proceden del testimonio del amor de Dios Padre, vivido
por Jesucristo.
Más adelante en
nuestra revelación, explicaremos por qué el Dios viviente desea demostrar que
todo lo que él, el Dios viviente, está haciendo en la vida de los israelitas es
en realidad una injusticia. Al leer esta revelación, comprenderéis que el Dios
vivo está haciendo de sus acciones hacia el pueblo de Israel una parábola, que
pretende acusar a Dios Padre, revelado por Jesucristo, de ser injusto con él y
sus criaturas; así como el Dios vivo es injusto con su creación.
Entonces, cuando
juzgamos al Dios vivo, por sus acciones, Él, el Dios vivo, pasa ese juicio en
forma de acusación a Dios Padre. Porque en este Drama vivido por los
israelitas, él, el Dios vivo, hace el papel de Dios Padre.
Y así como los
israelitas son dañados en Sus manos; asimismo, él, el Dios vivo, afirma haber
sido agraviado por Dios Padre.
Sin embargo,
aprenderéis del Espíritu Santo de la Verdad, que la astucia del Dios vivo cae
por tierra, ante la misericordia y el amor de Dios Padre.
Moisés estuvo con el
Dios viviente durante cuarenta días y cuarenta noches y escribió en tablas de
piedra las palabras del pacto, los mandamientos.
Y él estuvo allí con el SEÑOR cuarenta días y cuarenta
noches; no comió pan, ni bebió agua; y escribió en tablas las palabras del
pacto, los diez mandamientos. Êxodo 34:28.
Estos mandamientos
eran exclusivamente para el pueblo de Israel y para nadie más.
Los mandamientos que
nos fueron transmitidos y que sirven a toda la humanidad es una composición
hecha de los verdaderos mandamientos del Dios viviente, en las tablas de piedra
de Moisés, que eran sólo para el pueblo de Israel Êxodo 34:1-27; Deuteronômio 20:10-17.
Por tanto no matarás,
no era parte de las órdenes del Dios viviente, sobre las tablas de piedra, al
contrario, la determinación era que debían matar a todos los pueblos de la
tierra prometida; y los demás pueblos del mundo, debían ser esclavizados o, si
no estaban de acuerdo, debían ser exterminados. Lo cual confirma: Deuteronômio 20:10-17; Josué 10:40:
Hirió pues Josué toda la región de las montañas, y del
mediodía, y de los llanos, y de las cuestas, con todos sus reyes, sin quedar
nada; todo lo que tenía vida mató, de la manera que el SEÑOR Dios de Israel lo
había mandado. Josué 10:40.
Por lo tanto, sabemos
que el Dios viviente fue quien dio los mandamientos a Moisés y fue un pacto
hecho únicamente con el pueblo de Israel. Porque el resto del pueblo sería
esclavizado o exterminado Deuteronômio 20:10-17.
También sabemos que
los mandamientos eran una trampa, así como el árbol del bien y del mal, porque,
así como cuando probamos el fruto del árbol del bien y del mal, fuimos
condenados a muerte; De la misma manera, los israelitas por no cumplir y hasta
camuflar las verdaderas determinaciones que les fueron determinadas, y sólo
para ellos, haciendo de lo que era sólo para ellos, una ley universal; trajeron
sobre sí todas las maldiciones previstas por el Dios viviente, en caso de que
no cumplieran el pacto. Ver: Deuteronômio 28:15-68.
Todos los seres
humanos no israelitas, considerados de pura etnicidad, deben sus libertades y
sus vidas a la resistencia del pueblo israelí a cumplir la orden del Dios vivo,
que todos los seres humanos en la tierra prometida serían exterminados y todos
los demás los no israelíes serían esclavizados o exterminados. Deuteronômio 20:10-17. Y debido a esta correcta resistencia,
como testificó Jesucristo, hasta el día de hoy el pueblo israelita está bajo
maldición Deuteronômio 28:15-68; Levítico 26:14-46.
Pues la palabra del SEÑOR les será, mandamiento tras
mandamiento, mandamiento tras mandamiento; renglón tras renglón, renglón tras
renglón, un poquito allí, otro poquito allá; que vayan y caigan de espaldas, y
se desmenucen, y se enreden, y sean presos. Isaías 28:13.
Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por
nosotros maldición; (porque está escrito: Maldito cualquiera que es colgado en
un madero), Gálatas 3:13;
Porque la ley del Espíritu de vida en el Ungido, Jesús, me ha
librado de la ley del pecado y de la muerte. Romanos 8:2;
Veamos entonces cómo
era la ley del pecado y de la muerte, que el Dios vivo pasó a Moisés:
Las primeras tablas de
piedra fueron rotas por Moisés:
Y aconteció, que cuando llegó él al campamento, y vio el
becerro y las danzas, el furor se le encendió a Moisés, y arrojó las tablas de
sus manos, y las quebró al pie del monte. Êxodo 32:19.
Fue determinado por el
Dios viviente que se tallaran otras dos tablas de piedra, y se escribieran en
ellas los mismos mandamientos que estaban presentes en la primera. Así que
veamos:
Y el SEÑOR dijo a Moisés: Alísate dos tablas de piedra como
las primeras, y yo escribiré sobre esas tablas las palabras que estaban en las
tablas primeras que quebraste. Êxodo 34:1;
Prepárate, pues, para mañana, y sube por la mañana al monte
de Sinaí, y preséntate ante mí sobre la cumbre del monte.
Y no suba hombre contigo, ni aparezca alguno en
todo el monte; ni ovejas ni bueyes pazcan delante del monte. Êxodo 34:2,3;
Entonces el Dios vivo
hizo el siguiente pacto con los israelitas, y el dedo del Dios vivo escribió en
las tablas de piedra de Moisés:
Y él dijo: He aquí, yo hago pacto delante de todo tu pueblo:
haré maravillas que no han sido hechas en toda la tierra, ni en nación alguna;
y verá todo el pueblo en medio del cual estás tú, la obra del SEÑOR; porque ha
de ser cosa terrible la que yo haré contigo. Êxodo 34:10;
Preste mucha atención
a las palabras del Dios viviente y sus ojos se abrirán y entonces verá que si
Jesús no hubiera venido a nuestro rescate, todos los israelitas y no israelitas
habrían muerto en la guerra fratricida para entonces. Y ahora, en nuestro
tiempo, si no nos aferramos al testimonio del amor de Dios Padre, vivido a
través de Jesucristo; El Dios vivente regresará y ejecutará su venganza, y
todos reviviremos el fratricidio mundial, que ya estaba planeado en ese
momento.
Así que olvida lo que
los escribas y fariseos nos dijeron acerca de los diez mandamientos, porque
inocentemente buscaron ocultar los verdaderos mandamientos del Dios vivo. Pero
ahora, abre tus ojos y mira lo que está escrito, verdaderamente, en las tablas
de la ley, que fueron dadas por el Dios viviente a Moisés:
Guarda lo que yo te mando hoy; he aquí que yo echo de delante
de tu presencia al amorreo, y al cananeo, y al heteo, y al ferezeo, y al heveo,
y al jebuseo. Êxodo 34:11;
En lugar de este texto
de Êxodo 34:11, que ha sido disfrazado,
léase el verdadero orden determinado por el dedo del Dios vivo, en las tablas
de piedra de Moisés, ver:
Solamente de las ciudades de estos pueblos que el SEÑOR tu
Dios te da por heredad, ninguna persona dejarás con vida;
del todo los destruirás: al heteo, y al amorreo,
y al cananeo, y al ferezeo, y al heveo, y al jebuseo, como el SEÑOR tu Dios te
ha mandado; Deuteronômio 20:16,17.
La orden recibida del
Dios viviente fue que el pueblo de Israel exterminara a todas aquellas personas
mencionadas en Deuteronômio 20:16,17.
No tuvo nada que ver
con la expulsión, sino con la eliminación. Y este fue el primer mandamiento que
recibieron los israelitas en las tablas de piedra:
Solamente de las ciudades de estos pueblos que el SEÑOR tu
Dios te da por heredad, ninguna persona dejarás con vida;
del todo los destruirás: al heteo, y al amorreo,
y al cananeo, y al ferezeo, y al heveo, y al jebuseo, como el SEÑOR tu Dios te
ha mandado; Deuteronômio 20:16,17.
Siguiendo este primer
mandamiento, se determinó que los pueblos que no fueran sus vecinos debían ser
esclavizados, o asesinados si no se sometían a la esclavitud:
Guárdate que no hagas alianza con los moradores de la tierra
donde has de entrar, para que no sean por tropezadero en medio de ti; mas derribaréis sus
altares, y quebraréis sus imágenes, y talaréis sus bosques; porque no te inclinarás a dios ajeno; que el SEÑOR,
cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es.
Por tanto no harás alianza con los moradores de
aquella tierra; porque fornicarán en pos de sus dioses, y sacrificarán a sus
dioses, y te llamarán, y comerás de sus sacrificios. O tomando de sus hijas para tus hijos, y fornicando
sus hijas en pos de sus dioses, harán también fornicar a tus hijos en pos de
los dioses de ellas. Êxodo 34:12-16;
Aquí, también, el
escritor trató de camuflar el verdadero orden divino, que de hecho era el
siguiente:
Cuando te acercares a una ciudad para combatirla, le
intimarás la paz. Y será que , si te respondiere: Paz, y te abriere,
todo el pueblo que en ella fuere hallado te serán tributarios, y te servirán.
Mas si no hiciere paz contigo, y emprendiere
contigo guerra, y la cercares, y el SEÑOR
tu Dios la entregare en tu mano, entonces herirás a todo varón suyo a filo de
espada.
Solamente las mujeres y los niños, y los
animales, y todo lo que hubiere en la ciudad, todos sus despojos, tomarás para
ti; y comerás del despojo de tus enemigos, los cuales el SEÑOR tu Dios te
entregó. Así harás a todas las ciudades
que estuvieren muy lejos de ti, que no fueren de las ciudades de estos
gentiles.
Solamente de las ciudades de estos pueblos que
el SEÑOR tu Dios te da por heredad, ninguna persona dejarás con vida; Deuteronômio 20:10-16.
El lector entendió. El
primer mandamiento de la Ley del Dios Vivo era matar a todos los pueblos
vecinos y esclavizar a los demás pueblos o matarlos si no se sometían.
Si tienes dudas, lee
el libro de Josué y verás que los israelitas procuraron guardar estos
mandamientos al pie de la letra. Vea:
Hirió pues Josué toda la región de las montañas, y del
mediodía, y de los llanos, y de las cuestas, con todos sus reyes, sin quedar
nada; todo lo que tenía vida mató, de la manera que el SEÑOR Dios de Israel lo
había mandado. Josué 10:40.
El segundo mandamiento
de la Ley del Dios Vivo para los israelitas era una firme determinación del
racismo, que de ninguna manera podían mezclarse con otros pueblos.
Guárdate que no hagas alianza con los moradores de la tierra
donde has de entrar, para que no sean por tropezadero en medio de ti;mas
derribaréis sus altares, y quebraréis sus imágenes, y talaréis sus bosques; porque no te inclinarás a
dios ajeno; que el SEÑOR, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es.
Por tanto no harás alianza con los moradores de
aquella tierra; porque fornicarán en pos de sus dioses, y sacrificarán a sus
dioses, y te llamarán, y comerás de sus sacrificios. O tomando de sus hijas para tus hijos, y fornicando
sus hijas en pos de sus dioses, harán también fornicar a tus hijos en pos de
los dioses de ellas. Êxodo 34:12-16;
Es decir, los
israelitas jamás podrían casarse con seres humanos de otras naciones; quienes
iban a ser esclavizados y, si no sometidos, asesinados.
Por tanto, velad mucho por vuestras almas, que améis al SEÑOR
vuestro Dios. Porque
si os apartaréis, y os allegaréis a lo que resta de aquellos gentiles que han
quedado con vosotros, y si concertaréis con ellos matrimonios, y entrareis a
ellas, y ellas a vosotros; sabed que el
SEÑOR vuestro Dios no echará más estos gentiles delante de vosotros; antes os
serán por lazo, y por tropiezo, y por azote para vuestros costados, y por
espinas para vuestros ojos, hasta tanto que perezcáis de esta buena tierra que
el SEÑOR vuestro Dios os ha dado. Josué 23:11-13.
Posteriormente,
Nehemías descubrirá las verdaderas palabras escritas en las tablas de piedra de
Moisés y hará que el pueblo de Israel cumpla, entre otros, este segundo
mandamiento, que el Dios vivo transmitió a los israelitas, pero que los
israelitas, además de no cumplir , distorsionó los mandamientos. , usando a
otros, que sirvieron a toda la humanidad.
Y reñí con ellos, y los maldije, y herí a algunos de ellos, y
les arranqué los cabellos, y los juramenté, diciendo: No daréis vuestras hijas
a sus hijos, y no tomaréis de sus hijas para vuestros hijos, o para vosotros. Neemias 13:25.
El tercer mandamiento
del Dios viviente a los israelitas fue:
No harás dioses de fundición para ti. Êxodo 34:17;
Y los otros
mandamientos que fueron grabados en las tablas de piedra hechas por Moisés
fueron:
La fiesta de los ázimos guardarás: siete días comerás pan sin
levadura, según te he mandado, en el tiempo del mes de Abib; porque en el mes
de Abib saliste de Egipto. Todo lo que abre matriz, mío es; y de tu ganado todo
primerizo de vaca o de oveja que fuere macho. Pero redimirás con cordero el primerizo del asno; y si no lo redimieres,
le has de cortar la cabeza. Redimirás todo primogénito de tus hijos, y no serán
vistos vacíos delante de mí. Êxodo 34:18-20;
Y además:
Seis días obrarás, mas en el séptimo día cesarás; cesarás aun
en la arada y en la siega. Y te harás la fiesta de las semanas a los principios
de la siega del trigo; y la fiesta de la cosecha a la vuelta del año. Tres veces en el año será visto todo varón tuyo
delante del Señoreador DIOS, El Dios de Israel. Porque yo arrojaré los gentiles de tu presencia, y ensancharé tu
término; y ninguno codiciará tu tierra, cuando tú subieres para ser visto
delante del SEÑOR tu Dios tres veces en el año. No ofrecerás sobre leudo la sangre de mi sacrificio; ni quedará de la
noche para la mañana el sacrificio de la fiesta de la pascua. El principio de los primeros frutos de tu tierra
meterás en la Casa del SEÑOR tu Dios. No cocerás el cabrito en la leche de su
madre. Y el SEÑOR dijo a Moisés: Escribe
tú estas palabras; porque conforme a estas palabras he hecho el pacto contigo y
con Israel. Êxodo 34:21-27.
Así que este fue el
pacto que el Dios viviente hizo con los israelitas. Y sólo con los israelitas.
Los diez mandamientos que nos ha dado la religión es una composición resumida,
con el propósito de ocultar la verdadera misión que el Dios vivo asignó a los
israelitas.
Mas sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más
de esto, de mal procede. Mateus 5:37;
O haced el árbol bueno, y su fruto bueno, o haced el árbol
podrido, y su fruto podrido; porque por el fruto es conocido el árbol. Mateus 12:33;
Por lo tanto, si lees
el capítulo cinco del Evangelio de Mateo, verás que Jesús no solo eliminó lo
que en realidad estaba escrito en las tablas de la ley de Moisés, sino que
también mostró y probó con su testimonio que Dios, el Padre Celestial,
determina lo contrario de Dios vivo. Entonces, donde el Dios vivo manda matar
para dominar. Jesucristo dice lo contrario, que debemos morir para que
realmente podamos vivir para siempre:
Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Mas yo os digo: No
resistáis con mal; antes a cualquiera que te hiriere en tu mejilla diestra,
vuélvele también la otra; y al que
quisiere ponerte a pleito y tomarte tu ropa, déjale también la capa; y a cualquiera que te cargare por una milla, ve con él
dos.
Al que te pidiere, dale; y al que quisiere tomar
de ti prestado, no se lo rehuses. Oísteis
que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Mas yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a
los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os
calumnian y os persiguen;
para que seáis hijos de vuestro Padre que está
en los cielos Mateus 5:38-45.
Y así, Jesús expuso
los males, asesinatos y mentiras del Dios vivo, mostrando con su testimonio el
camino y la persona del Padre Celestial. Por tanto, después de que Jesús fue
testigo del amor de Dios Padre, sólo le restaba al Dios viviente ser el padre
de la mentira, mentiroso y homicida desde el principio, el Diablo.
Así que, no los temáis; porque nada hay encubierto, que no
haya de ser manifestado; ni oculto, que no haya de saberse.
Lo que os digo en tinieblas, decidlo en luz; y
lo que oís al oído, predicadlo desde los terrados. Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas al alma no
pueden matar; temed antes a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el
quemadero. ¿No se venden dos pajarillos
por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre.
Pues aun vuestros cabellos están todos contados.
Mateus 10:26-30.
Si hasta los cabellos
de nuestra cabeza están contados y nada sucede sin la voluntad del Dios vivo,
entendemos perfectamente bien la declaración categórica del Dios vivo, que sólo
Él tiene la culpa del sufrimiento, del dolor y de la muerte.
Ved ahora que yo, yo soy, y no hay dioses conmigo; yo hago
morir, y yo hago vivir; yo hiero, y yo curo; y no hay quien pueda librar de mi
mano. Deuteronômio 32:39.
Esto quiere decir que
todo lo que ha pasado, pasa o pasará es parte del proyecto del Dios vivo. Todo
fue planeado por él. Y al Dios vivo le corresponderá poner fin a su obra. Incluso
porque, su obra ya está condenada por el testimonio del amor de Dios Padre,
según Jesucristo.
Por lo cual, teniendo los lomos de vuestro entendimiento
ceñidos con templanza, esperad perfectamente en la gracia que os es presentada
cuando Jesús, el Cristo, os es manifestado, 1 Pedro 1:13;
¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que los
justifica. ¿Quién
es el que los condenará? El Ungido, Jesús, es el que murió; más aun, el que
también resucitó, quien además está a la diestra de Dios, el que también
demanda por nosotros.
¿Quién nos apartará de la caridad del Cristo?
¿tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o
cuchillo? (Como está escrito: Por causa
de ti somos muertos todo el tiempo; somos estimados como ovejas de matadero.)
Antes, en todas estas cosas somos más que
vencedores por aquel que nos amó. Por lo
cual estoy cierto que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni
potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo bajo, ni ninguna criatura nos podrá apartar de la
caridad de Dios, que es en el Ungido, Jesús, Señor nuestro. Romanos 8:33-39.
El Espíritu Santo de
la Verdad, el Espíritu Santo de Jesucristo, claramente nos está revelando estas
verdades, porque ha llegado el tiempo de la venganza del Dios vivo, y todo lo
que sucedió en ese tiempo, cuando el Dios vivo mostró su rostro, fue solo una
demostración irrisoria, comparada con lo que ahora, en este tiempo, le hará a
la humanidad:
He aquí, yo vengo como ladrón: Bienaventurado el que vela, y
guarda sus vestiduras, para que no ande desnudo, y vean su fealdad. Apocalipse 16:15;
Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el
cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo, serán
deshechos, y la tierra y las obras que en ella están, serán quemadas. 2 Pedro 3:10;
El ladrón no viene sino para hurtar, y matar, y destruir las
ovejas ; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. João 10:10;
Porque el día de la venganza está en mi corazón; y el año de
mis redimidos es venido. Isaías 63:4;
Porque será día de venganza del SEÑOR, año de pagamentos en
el pleito de Sion. Isaías 34:8;
Mas ese día será al SEÑOR Dios de los ejércitos día de
venganza, para vengarse de sus enemigos; y la espada devorará y se saciará, y
se embriagará de la sangre de ellos; porque matanza será al SEÑOR, Dios de los
ejércitos, en tierra del aquilón junto al río Eufrates. Jeremias 46:10.
Esta venganza no es
sólo contra los gentiles, sino contra todos, judíos y gentiles, justos e
injustos, y no cesará, hasta que haya exterminado la vida en el planeta Tierra
y el planeta mismo sea destruido y arrojado al lago solar:
Y dirás a la tierra de Israel: Así dijo el SEÑOR: He aquí,
que yo estoy contra ti, y sacaré mi cuchillo de su vaina, y talaré de ti al
justo y al impío. Y por cuanto talaré de ti al justo y al impío, por
tanto, mi cuchillo saldrá de su vaina contra toda carne, desde el mediodía
hasta el aquilón: y sabrá toda carne que
yo, el SEÑOR, saqué mi cuchillo de su vaina; no lo envainaré más. Ezequiel 21:3-5;
Destruiré del todo todas las cosas de sobre la faz de la
tierra, dice el SEÑOR. Destruiré los hombres y las bestias; destruiré las
aves del cielo, y los peces del mar, y los impíos tropezarán; y talaré a los
hombres de sobre la faz de la tierra, dice el SEÑOR. Sofonias 1:1-3;
Se quebrantará del todo la tierra, enteramente desmenuzada
será la tierra, en gran manera será la tierra conmovida.
Temblará la tierra vacilando como un borracho; y
será removida como una choza; y se agravará sobre ella su pecado, y caerá, y
nunca más se levantará. Isaías 24:19,20;
Horrenda cosa es caer en las manos del Dios viviente. Hebreus 10:31;
¡Ay de los que desean el día del SEÑOR! ¿Para qué queréis
este día del SEÑOR? Será de tinieblas, y no de luz; como el que huye de
delante del león, y se topa con el oso; o si entrare en casa y arrimare su mano
a la pared, y le muerda la culebra. Amós 5:18,19;
Día de ira aquel día, día de angustia y de aprieto, día de
alboroto y de asolamiento, día de tiniebla y de oscuridad, día de nublado y de
entenebrecimiento, Sofonias 1:15.
Por tanto, la venganza
del Dios viviente es tiempo de indignación, de tribulación, de angustia, tiempo
de conmoción, desolación, tinieblas, nubarrones y densas tinieblas.
Así que ahora
pasaremos a nuestra quinta parte de la revelación: LA VENGANZA DEL DIOS
VIVIENTE.
En la quinta parte de
nuestra revelación, quedará claro que el diseño del Dios vivo para llevarnos a
la autodestrucción es un proceso extremadamente calculado y ejecutado,
utilizando el sufrimiento, el dolor y la muerte de los israelitas para
demostrar el fin de nuestra humanidad.
LA VENGANZA DEL DIOS VIVIENTE - QUINTA PARTE
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