LA
VENGANZA DEL DIOS VIVO - SEGUNDA PARTE.
En
la primera parte de nuestra revelación, nos damos cuenta de que el Dios
viviente es el Señor creador de esta naturaleza mortal. Esto no es nada nuevo,
ya que nuestras Sagradas Escrituras siempre han hecho explícita esta verdad. A
lo que las religiones no están prestando atención, o actuando desapercibidas,
es a la decisión del Dios vivo de destruir su creación, llevando a los seres
humanos a una guerra fratricida y desde allí, reclamando venganza, bombardeando
el planeta Tierra con una lluvia de estrellas celestiales.
Y dijo el
SEÑOR: Raeré los hombres que he creado de sobre la faz de la tierra, desde el
hombre hasta la bestia, y hasta el animal y hasta el ave de los cielos; porque
me arrepiento de haberlos hecho. Gênesis 6:7.
Pensamos
que el arrepentimiento se había resuelto en el momento del diluvio de Noé.
Y habló
Dios a Noé y a sus hijos con él, diciendo: He aquí, que yo establezco mi pacto con vosotros, y con vuestra simiente
después de vosotros; y con toda alma
viviente que está con vosotros, en aves, en animales, y en toda bestia de la
tierra que está con vosotros; desde todos los que salieron del arca hasta todo
animal de la tierra. Que yo estableceré
mi pacto con vosotros, que no será talada más toda carne con aguas de diluvio;
y que no habrá más diluvio para destruir la tierra. Y dijo Dios: Esta será la señal del pacto que yo pongo
entre mí y vosotros y toda alma viviente que está con vosotros, por siglos
perpetuos: Mi arco pondré en las nubes,
el cual será por señal de pacto entre mí y la tierra. Gênesis 9:8-13.
Pero,
como verá el lector en nuestra revelación, el Dios viviente acaba de cambiar su
forma de arrepentirse. Desde Noah en adelante, imaginó una destrucción total
del planeta Tierra. Y esta vez, en lugar de culpar a Adán y Eva por las
desgracias que llevaron al primer diluvio. Ahora, él culpará a toda la
humanidad.
Y
para eso, planeó un proyecto malvado. Todo comienza con los descendientes de
Noah confundidos y esparcidos por el planeta Tierra en una guerra de
subsistencia. Y esto continúa hasta que el Dios viviente libra una guerra de
nación contra nación. Una guerra mundial fratricida, que dará argumentos al
Dios vivo para la destrucción total de la vida en el planeta y, en última
instancia, del propio planeta Tierra.
Y dijo el
SEÑOR: He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un lenguaje; y ahora
comienzan a hacer, y ahora no dejarán de efectuar todo lo que han pensando
hacer. Ahora pues,
descendamos, y mezclemos allí sus lenguas, que ninguno entienda la lengua de su
compañero. Así los esparció el SEÑOR de
allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad. Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque
allí mezcló el SEÑOR el lenguaje de toda la tierra, y de allí los esparció
sobre la faz de toda la tierra. Gênesis 11:6-9.
Como
dijimos, el Dios viviente, así como culpó a Adán y Eva y sus descendientes, por
todos los males que les sobrevinieron en el primer diluvio. Ahora ha tramado un
plan para culpar a toda la humanidad por la destrucción de la vida en el
planeta Tierra; y, finalmente, del propio planeta.
Para
llevar a cabo su proyecto de destrucción total del planeta Tierra, el Dios
viviente eligió entre los seres humanos, descendientes de Noé, que se había
esparcido por el planeta, un hombre, para que a través de este hombre formara
un pueblo, formado por el Dios viviente. , para destruir a todos los demás
pueblos. Verificaremos todo esto en el transcurso de nuestra revelación.
Y
el Dios viviente planeó su terrible maniobra con este pueblo, para que pudieran
hacer lo que el Dios viviente mandaba, o desobedecer; en cualquier caso, estas
personas llevarían a cabo el proyecto astuto del Dios vivo, de llevar a los
seres humanos a la guerra fratricida y, bajo la apariencia de la culpa del ser
humano, al planeta destruido por la venganza del Dios vivo.
Como
verá el lector en nuestra revelación, la gente se rebeló contra el plan del
Dios viviente, porque vieron que las intenciones del Dios viviente eran malas;
y luego el Dios viviente los esparció por toda la humanidad. Por tanto, si
antes tenían todo el apoyo para cazar y destruir a toda la humanidad, al
negarse a participar de la maldad del Dios viviente, se convirtieron en la caza
de otros pueblos.
Luego
llegamos, como quedará claro para aquellos que lean esta obra reveladora, en la
cúspide, al final, de la trama malvada del Dios viviente, que Él llama el
tiempo de la venganza.
En
este tiempo de venganza, vuelve a acercarse a los remanentes elegidos y los
llama a dejar de ser la caza, para volver al proyecto original, de cazadores
fratricidas de otros pueblos.
Pero
como nos lo reveló Jesucristo, no importa lo que los seres humanos hagan con la
esperanza de cambiar sus destinos. La verdad es que la obra del Dios viviente,
en esta naturaleza, ha sido condenada, porque no sirve más que para causar
sufrimiento, dolor y muerte. Y así, no importa lo que hagan los seres humanos
para complacer al Dios viviente, nuestro planeta Tierra está condenado a la
destrucción por las estrellas celestiales.
De
ahí la importancia de esta revelación. Ella nos dará los medios, según
Jesucristo, para que podamos vencer la venganza del Dios vivo. No para que
podamos mantener nuestra forma de vivir en este mundo del Dios viviente. Pero
sí, para que podamos escapar del control del Dios viviente. Porque el Dios vivo
se condena a sí mismo, junto con sus criaturas, que no aceptan la salvación de
Jesucristo, al fuego del infierno, la muerte segunda.
Y
así, todos los que nacimos en esta naturaleza, tenemos nuestros nombres
registrados en el libro de los condenados con el Dios viviente. Pero cualquiera
que quiera puede quitar su nombre de esa lista fatídica, a través de un proceso
llamado nacer de nuevo, presenciado por Jesucristo, un segundo Adán, quien no
amó su vida y por lo tanto recibió el poder de quitar los nombres de seres
humanos por buena voluntad, desde el libro de la condenación hasta el libro de
la vida del Cordero.
Sin
embargo, aquellos que guarden sus nombres en el libro de perdición del Dios
viviente conocerán el fuego del infierno, la muerte segunda. Considerando que,
aquellos que tomen sus nombres, con la ayuda de Jesucristo, serán salvados de
ese destino y recibirán una nueva vida con Jesucristo, en la morada que nuestro
Padre Celestial ha preparado para nosotros.
Nuestra
revelación, para muchas personas, parecerá aburrida, con muchos textos bíblicos
repetidos deliberadamente. Pero le aconsejo al lector que lea la revelación y,
al mismo tiempo, preste atención a las noticias mundiales. Porque lo que se
revela aquí sobre el fin de los tiempos está sucediendo ahora y,
lamentablemente para nuestra humanidad, esto es solo el comienzo de los
dolores.
El
lector que prestó atención a la primera parte de esta revelación vio que el
Dios viviente es el Señor del ministerio de muerte y condenación. Y que este
ministerio se opone al ministerio de justicia y del Espíritu, vivido por
Jesucristo, que lucha por nuestra salvación:
Y si el
ministerio de muerte en la letra grabado en piedras, fue para gloria, tanto que
los hijos de Israel no pudiesen poner los ojos en la faz de Moisés a causa de
la gloria de su rostro, la cual había de perecer, ¿Cómo no será para mayor
gloria el ministerio del Espíritu? Porque
si el ministerio de condenación fue de gloria, mucho más abundará en gloria el
ministerio de justicia. 2 Coríntios 3:7-9.
Y
que, por tanto, la mezcla de estos dos ministerios, como si fueran uno solo, es
parte de una operación de error, que busca confundir al ser humano, impidiendo
su entendimiento y salvación con Jesucristo.
Cegó los
ojos de ellos, y endureció su corazón; Para que no vean con los ojos, y
entiendan de corazón, Y se conviertan, y yo los sane. João 12:40.
El
apóstol Pablo, conociendo la operación del error, nos guía:
no
atendiendo a fábulas judaicas, y a mandamientos de hombres que se apartan de la
verdad. Tito 1:14;
y así
apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. 2 Timóteo 4:4;
Mas las
fábulas profanas y de viejas, desecha, y ejercítate para la piedad. 1 Timóteo 4:7.
Para
que lo entiendas mejor, las fábulas judías son aquellas que dicen que en el
milenio del Dios viviente sucedería lo siguiente:
Morará el
lobo con el cordero, y el tigre con el cabrito se acostará; el becerro y el
león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará. La vaca y la osa pacerán,
sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja.
Y el niño jugará sobre la cueva del áspid; y el
recién destetado extenderá su mano sobre la caverna del basilisco.
No harán mal, ni dañarán en todo mi santo Monte;
porque la tierra será llena del conocimiento del SEÑOR, como las aguas cubren
el mar. Y acontecerá en aquel tiempo, que
la Raíz de Jessé, la cual estará puesta por pendón a los gentiles, será buscada
de los gentiles; y su Reino de paz será glorioso. Isaías 11:6-10.
Esto
pasó al campo de las fábulas en el momento en que Jesucristo, se negó a adorar
al Dios vivo, como condición para asumir el reino de los vivos:
Otra vez
le pasó el diablo a un monte muy alto, y le muestra todos los reinos del mundo,
y su gloria, Y le dice: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Entonces Jesús le dice: Vete, Satanás, que escrito
está: Al Señor tu Dios adorarás y a él solo servirás. Mateus 4:8-10;
Y les
mandarás que digan a sus señores: Así dijo el SEÑOR de los ejércitos, Dios de
Israel: Así diréis a vuestros señores:
Yo hice la tierra, el hombre y las bestias que
están sobre la faz de la tierra, con mi gran potencia y con mi brazo extendido,
y la di a quien fue recto a mis ojos. Jeremias 27:4,5;
Y ahora
yo he dado todas estas tierras en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, mi
siervo, y aun las bestias del campo le he dado para que le sirvan. Jeremias 27:6.
Por
tanto, el Dios viviente, como lo hizo con Nabucodonosor, rey de Babilonia,
quiso hacer con Jesucristo. Vea:
Y le
llevó el diablo a un alto monte, y le mostró todos los reinos de la redondez de
la tierra en un momento de tiempo.
Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta
potestad, y la gloria de ellos; porque a mí es entregada, y a quien quiero la
doy;
pues si tú adorares delante de mí, serán todos
tuyos.
Y respondiendo Jesús, le dijo: Vete detrás de
mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor Dios tuyo adorarás, y a él solo
servirás. Lucas 4:5-8.
De
esto se sigue que Jesucristo, si aceptaba adorar al Dios viviente, podría hacer
realidad lo que Isaías anunció. Como no lo hizo; la vaca pastando con el oso, y
todo lo que se predijo al respecto, se convirtieron en meras fábulas judías.
El
apóstol Pablo que nos advirtió sobre las fábulas judías fue un auténtico
seguidor del Dios vivo. Vea:
Porque ya
habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo, que perseguía
sobremanera la Iglesia de Dios, y la destruía; y aprovechaba en el Judaísmo sobre muchos de mis iguales en mi nación,
siendo mucho más celoso que todos de las tradiciones de mis padres. Gálatas 1:13,14;
No
atendiendo a fábulas judaicas, y a mandamientos de hombres que se apartan de la
verdad. Tito 1:14.
En
cuanto a los mandamientos de los hombres que se desvían de la verdad, es decir,
que se desvían de Jesucristo, veamos lo siguiente:
¿A quién
se enseñará ciencia, o a quién se hará entender doctrina? A los quitados de la
leche. A los destetados de los pechos. Porque mandamiento tras mandamiento, mandamiento sobre mandamiento,
renglón tras renglón, renglón tras renglón; un poquito allí, otro poquito allá;
porque en lengua de tartamudos, y en lengua
extraña hablará a este pueblo,
a los cuales él dijo: Este es el reposo; con la
cual podrán dar reposo al cansado; y éste es el refrigerio, mas no quisieron
oír.
Pues la palabra del SEÑOR les será, mandamiento
tras mandamiento, mandamiento tras mandamiento; renglón tras renglón, renglón
tras renglón, un poquito allí, otro poquito allá; que vayan y caigan de
espaldas, y se desmenucen, y se enreden, y sean presos. Isaías 28:9-13.
Como
nos recuerda el apóstol Pablo, el propósito de los mandamientos sobre los
mandamientos y las reglas sobre las reglas es hacer que el creyente se enrede,
retroceda y muera.
Por
eso el apóstol Pablo advierte:
No
atendiendo a fábulas judaicas, y a mandamientos de hombres que se apartan de la
verdad. Tito 1:14;
y así
apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. 2 Timóteo 4:4.
De
esto se entiende que los mandamientos tienen el propósito oculto de enredar al
ser humano y llevarlo a la muerte espiritual.
Un
claro ejemplo fue el caso de Ananías y Safira, Hechos 5: 1-11, recién
convertidos, quienes fueron asesinados por la astucia del Dios vivo, llamándose
el Espíritu Santo, a través del ministerio cristiano judío del apóstol Pedro,
quien mezcló el vino Viejo, del Antiguo Testamento, con el vino nuevo, que
simboliza el evangelio salvador de Jesucristo. Y por eso, cometió la aberración
de matarlos por el poder de la palabra. Vea:
Mas un
varón llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una posesión, y defraudó del precio,
sabiéndolo también su mujer; y trayendo una parte, la puso a los pies de los
apóstoles.
Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué ha llenado
Satanás tu corazón a que mintieses al Espíritu Santo, y defraudases del precio
de la heredad? Reteniéndola, ¿no se te
quedaba a ti? Y vendida, ¿no estaba en tu potestad? ¿Por qué pusiste esto en tu
corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios. Entonces Ananías, oyendo estas palabras, cayó y
expiró. Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron. Y levantándose los jóvenes, le envolvieron, y
sacándolo, lo sepultaron. Y pasado
espacio como de tres horas, sucedió que entró su mujer, no sabiendo lo que
había acontecido. Entonces Pedro le
contestó: Dime, ¿vendisteis en tanto la heredad? Y ella dijo: Sí, en tanto.
Y Pedro le dijo: ¿Por qué os concertasteis para
tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los pies de los que han
sepultado a tu marido, y te sacarán. Y
luego cayó a los pies de él, y expiró; y entrados los jóvenes, la hallaron
muerta; y la sacaron, y la sepultaron junto a su marido. Y vino gran temor sobre toda la Iglesia, y sobre todos
los que oyeron estas cosas. Atos 5:1-11.
En la
caridad no hay temor; mas la perfecta caridad echa fuera el temor; porque el
temor tiene pena; de donde el que teme, no está completo en caridad. 1 João 4:18.
Por
lo tanto, al matar a Ananías y Safira con la espada de la palabra, Pedro actuó
con el poder de Satanás, nunca con el poder del Espíritu Santo de Jesucristo:
Eu,
porém, vos digo: Amai a vossos inimigos, bendizei os que vos maldizem, fazei
bem aos que vos odeiam, e orai pelos que vos maltratam e vos perseguem; para
que sejais filhos do vosso Pai que está nos céus; Mateus 5:44.
Si
vamos a amar a nuestros enemigos y orar por aquellos que nos maltratan y
persiguen, ¿imagina lo que debe haber hecho Pedro para salvar a Ananías y
Safira de esa muerte demoníaca?
El
apóstol Pedro, en ese evento, se volvió hacia el vino del Antiguo Testamento y
actuó con la fuerza del Dios vivo, abandonando el evangelio de salvación de Jesucristo:
Y nadie
echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera el vino nuevo romperá los
odres, y el vino se derramará, y los odres se perderán. Mas el vino nuevo en
odres nuevos se ha de echar; y lo uno y lo otro se conserva. Y ninguno que bebiere del añejo, quiere luego el
nuevo; porque dice: El añejo es mejor. Lucas 5:37-39.
Con estas
observaciones, el Espíritu Santo de Jesucristo nos está guiando de regreso al
camino de la verdad, el camino de Jesucristo.
sabiendo
que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de
Jesús, el Cristo, nosotros también hemos creído en Jesús, el Cristo, para que
fuésemos justificados por la fe de Cristo, y no por las obras de la ley; por
cuanto por las obras de la ley ninguna carne será justificada. Gálatas 2:16;
Para una
mejor comprensión de lo que hablamos anteriormente sobre el apóstol Pedro, lea
la revelación: DIOS ES AMOR, PERO POCOS SON LOS QUE CREEN EN EL AMOR DE DIOS.
¿POR QUÉ?
https://livrodoespiritosanto.webnode.com.br/capitulo-1-espanol/
Si,
por alguna razón, no puede acceder a esta página, puede ver en esta página:
http://revelaespiritosanto.blogspot.com/2020/01/dios-es-amor-pero-pocos-son-los-que.html
Vimos
el error del Apóstol Pedro, que hasta nuestros días es motivo de confusión para
los religiosos y ahora veremos algunos errores del Apóstol Pablo, que también
socavaron la claridad del testimonio del amor de Dios Padre, vivido por
Jesucristo.
Paul
fue un fiel seguidor del judaísmo. Y, por tanto, Pablo era un siervo del Dios
Creador de los vivos.
Y
contó su historia diciendo lo siguiente:
En lo
cual ocupado, yendo a Damasco con potestad y comisión de los príncipes de los
sacerdotes, en mitad del día, oh rey, vi en el camino una luz del cielo, que
sobrepujaba al resplandor del sol, la cual me rodeó y a los que iban conmigo.
Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí
una voz que me hablaba, y decía en lengua hebraica: Saulo, Saulo, ¿por qué me
persigues? Dura cosa te es dar coces contra los aguijones.
Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor
dijo: Yo Soy Jesús, a quien tú persigues. Mas
levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto te he aparecido, para
ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que
apareceré a ti; librándote de este pueblo
y de los gentiles, a los cuales ahora te envío, para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la
luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en
mí, remisión de pecados y herencia entre los santificados. Atos 26:12-18.
Vea
que Pablo era un practicante caprichoso de su fe, el judaísmo; y un auténtico
adorador del Dios viviente.
Porque ya
habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo, que perseguía
sobremanera la Iglesia de Dios, y la destruía; y aprovechaba en el Judaísmo sobre muchos de mis iguales en mi nación,
siendo mucho más celoso que todos de las tradiciones de mis padres. Gálatas 1:13,14.
Pero
al llegar a conocer a Jesucristo, Pablo cambia completamente su fe y su curso.
Vea:
Porque
nosotros somos la circuncisión, los que servimos en espíritu a Dios, y nos
gloriamos en el Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne. Aunque yo tengo también
de qué confiar en la carne. Si alguno parece que tiene de qué confiar en la
carne, yo más que nadie . Circuncidado al
octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos;
en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto a
celo, perseguidor de la Iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley,
irreprensible.
Pero las cosas que para mí eran ganancias, las
he apreciado pérdidas por Cristo. Y
ciertamente, aun aprecio todas las cosas como pérdida por el eminente
conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por quien lo he perdido todo, y lo
tengo por estiércol, para ganar a Cristo, y
por ser hallado en él, no teniendo mi justicia, que es por la ley, sino la que
es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; por conocerle, y el poder de su resurrección, y la
participación de sus padecimientos, en conformidad a su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de los
muertos. No que ya lo haya alcanzado, ni
que ya sea perfecto; mas sigo para asir de aquello como también soy asido del
Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no hago
cuenta de haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago : olvidando ciertamente lo
que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo al blanco, al premio del soberano llamamiento
de Dios en Cristo Jesús. Filipenses 3:3-14.
El
apóstol Pablo luego nos enseña que el Antiguo Testamento es el ministerio de
muerte y condenación. Es decir, Ministerio del Dios Viviente; porque el Dios
viviente se declara emperador de la muerte:
Ved ahora
que yo, yo soy, y no hay dioses conmigo; yo hago morir, y yo hago vivir; yo
hiero, y yo curo; y no hay quien pueda librar de mi mano. Deuteronômio 32:39.
Dado
que esta es nuestra situación, en manos del Dios vivo, el Espíritu Santo de
Jesucristo, declara:
Así que,
por cuanto los hijos participan de carne y sangre, él también participó de lo
mismo, para destruir por la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto
es, al diablo,
Y librar a los que por el temor de la muerte
estaban por toda la vida sujetos a servidumbre. Hebreus 2:14,15.
Como
se entiende en Hebreos 2: 14,15 arriba, esta era nuestra situación en las manos
del Dios viviente. Pero ahora, a través de Jesucristo, tenemos la oportunidad
de elegir entre mantener nuestros nombres en el libro del Dios viviente, para
la condenación de la muerte segunda al fuego del infierno; o, por otro lado,
acepte a Jesucristo, y luego tendremos nuestros nombres escritos en el Libro de
la Vida del Cordero, y seremos salvos si queremos.
dando
gracias al Padre que nos hizo dignos para participar en la herencia de los
santos en luz; que nos libró de la potestad de las tinieblas, y nos traspasó en el
Reino de su amado Hijo, Colossenses 1:12,13;
Rayendo
la cédula de los decretos que nos era contraria, que era contra nosotros,
quitándola de en medio y clavándola en el madero; y despojando los
principados y las potestades, sacándolos a la vergüenza en público,
confiadamente triunfando de ellos en él. Colossenses 2:14,15.
Porque no
tenemos lucha contra sangre y carne; sino contra principados, contra
potestades, contra señores del siglo, gobernadores de estas tinieblas, contra
malicias espirituales en los cielos. Efésios 6:12.
Y
para esta lucha a la que se refiere el apóstol Pablo en Efesios 6:12, nuestra
arma es Jesucristo, el amor de Dios Padre.
Y
Jesús determina por nosotros cómo debemos luchar contra los seres humanos
esclavizados por el Dios viviente, así como contra los poderes y príncipes de las
tinieblas de esta era:
Oísteis
que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Mas yo os digo: Amad a
vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os
aborrecen, y orad por los que os calumnian y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los
cielos Mateus 5:43-45.
Es
decir, los cristianos no podemos hacer la guerra contra sangre y carne, porque
están bajo el poder del Dios viviente; de lo contrario, actuaremos de la misma
manera que ellos o de peor manera. Esto se ve fácilmente en la historia del
cristianismo.
Por
lo tanto, solo actuando como lo hizo Jesús podemos vencer los poderes y
principados, las huestes espirituales malignas, presentes en los lugares
celestiales.
Y
por eso agrega el Espíritu Santo de Jesucristo: Los cristianos han vencido el
mal, no disputando con el mal, ni venciendo a los malvados; Los cristianos
derrotaron a Satanás y sus esclavos, tomando su cruz y siguiendo el ejemplo de
Jesucristo; eligieron lastimarse a sí mismos antes que lastimar a su oponente;
Y preferirían morir antes que matar a su verdugo. Así, asumiendo la imagen de
Jesucristo, somos rehabilitados para la vida eterna en la casa de nuestro Padre
Celestial, de la que nunca deberíamos haber salido con el Dios vivo.
Y oí una
grande voz en el cielo que decía: Ahora es hecha en el cielo salvación, y
virtud, y Reino de nuestro Dios, y potencia de su Cristo; porque el acusador de
nuestros hermanos es ya derribado, el cual los acusaba delante de nuestro Dios
día y noche. Y ellos le han vencido por la sangre del Cordero, y por la Palabra de su
testimonio; y no han amado sus vidas hasta La muerte. Apocalipse 12:10,11.
Entonces,
el que preferiría lastimar al otro que ser lastimado; Matar en lugar de morir
es siervo del pecado, porque quiere preservar su vida en este planeta, negando
así el testimonio de Jesucristo.
Y
llamando a la multitud con sus discípulos, les dijo: Cualquiera que quisiere
venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su madero, y sígame. Porque el que quisiere
salvar su vida, la perderá; y el que perdiere su vida por causa de mí y del
Evangelio, éste la salvará. Marcos 8:34,35;
Entonces
Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí
mismo, y tome su madero, y sígame. Mateus 16:24;
Jesús les
respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, es
siervo de pecado. João 8:34;
El que
hace pecado, es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Para esto
apareció el Hijo de Dios, para que deshaga las obras del diablo. 1 João 3:8.
Dice
el apóstol Pablo:
Tú
eres nuestra carta, escrita en nuestro corazón, conocida y leída por todos los
hombres. 2 Corintios 3: 2; Porque ya es manifiesto que sois la letra de Cristo,
ministrada por nosotros y escrita, no con tinta, sino con el Espíritu del Dios
viviente, 2 Corintios 3: 3;
Pero,
¿qué Espíritu del Dios viviente? Porque ya sabemos que:
El
Espíritu del Dios viviente no es el Espíritu Santo de la Verdad, el Espíritu
Santo de Jesucristo; Porque todos queremos quedarnos con el Espíritu Santo de
Jesucristo; Pero no queremos quedarnos con el Espíritu del Dios vivo, porque el
apóstol Pablo advierte: es una cosa horrible caer en las manos del Dios vivo.
Hebreos 10:31.
Pero
el Espíritu Santo de Jesucristo, todos queremos recibir:
Y como
hubo dicho esto, les sopló, y les dijo: Tomad el Espíritu Santo: João 20:22;
(Y esto
dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; porque aún no
era dado el Espíritu Santo, porque Jesús aún no era glorificado.) João 7:39;
Y Pedro
les dice: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesús,
el Cristo, para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Atos 2:38.
Por
tanto, todos queremos recibir el Espíritu Santo de Jesucristo.
Entonces,
¿a qué Espíritu del Dios vivo se refirió el apóstol Pablo en 2 Corintios 3: 3
si es algo horrible caer en las manos del Dios vivo?
cuando es
manifiesto que sois letra de Cristo administrada por nosotros, escrita no con
tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en
tablas de carne del corazón. 2 Coríntios 3:3;
El
Espíritu del Dios vivo aquí es el Espíritu Santo de Jesucristo, quien ha
acompañado nuestra existencia desde la fundación del mundo junto con el Dios
vivo. Ya que, mientras el espíritu del Dios viviente, se esfuerza por
condenarnos; El Espíritu Santo de Jesucristo lucha para salvarnos.
En el
principio ya era la Palabra, y aquel que es la Palabra era con el Dios, y la
Palabra era Dios. Este era en el principio con el Dios. Todas las cosas por él fueron hechas; y sin él nada de lo que es hecho,
fue hecho. En él estaba la vida, y la
vida era la luz de los hombres. Y la luz
en las tinieblas resplandece; mas las tinieblas no la comprendieron. João 1:1-5.
Por
eso Jesús nos dice que evaluemos los frutos de las determinaciones. Porque todo
lo que va en contra del amor de Dios Padre, vivido y testificado por
Jesucristo, no es obra del Espíritu Santo, sino del espíritu maligno.
Mas sea
vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede. Mateus 5:37;
Sabemos
que somos de Dios, y el mundo entero yace en maldad. Pero sabemos que el Hijo
de Dios es venido, y nos ha dado entendimiento; para conocer al que es
verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesús, el Cristo. Este es el
verdadero Dios, y la vida eterna. 1 João 5:19,20.
Porque
hay un solo Dios, asimismo un solo Mediador entre Dios y los hombres, el hombre
Cristo Jesús, el cual se dio a sí mismo en redención por todos: el testimonio del cual
fue confirmado en su tiempo; 1 Timóteo 2:5,6;
Mas os
hago saber, hermanos, que el Evangelio que ha sido anunciado por mí, no es
según hombre; ni yo lo recibí, ni aprendí de hombre, sino por revelación de Jesús, el
Cristo. Gálatas 1:11,12.
Y aquella
Palabra fue hecha carne, y habitó entre nosotros; (y vimos su gloria,) gloria
como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. João 1:14.
Porque
si el Espíritu Santo de Jesucristo no hubiera estado presente en la humanidad
desde el Génesis, no habría nadie que aconsejara a los seres humanos en sus
acciones. Y desde el principio, el ser humano siempre ha tenido dos espíritus
para indicar los caminos a seguir. Un espíritu para el mal y otro para el bien.
Sámec
Apártate del mal, y haz el bien, y vivirás para siempre. Salmos 37:27;
El camino
de los rectos es apartarse del mal; el que guarda su camino guarda su alma. Provérbios 16:17.
En esto
son manifiestos los hijos de Dios, y los hijos del diablo; cualquiera que no
hace justicia, y que no ama a su Hermano, no es de Dios. 1 João 3:10.
En
el ministerio de la muerte, conocemos al Dios vivo, que lucha por condenarnos.
En
el ministerio de la vida y el Espíritu, tenemos a Jesucristo, el verdadero Dios
viviente, que lucha para salvarnos.
Y tal
confianza tenemos por el Cristo para con Dios;
no que seamos suficientes por nosotros mismos
para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra suficiencia es de
Dios; el cual aun nos hizo que fuésemos
ministros suficientes del Nuevo Testamento, no de la letra, sino del Espíritu;
porque la letra mata, mas el Espíritu vivifica.
Y si el ministerio de muerte en la letra grabado
en piedras, fue para gloria, tanto que los hijos de Israel no pudiesen poner
los ojos en la faz de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había
de perecer, ¿Cómo no será para mayor
gloria el ministerio del Espíritu? 2 Coríntios 3:4-8.
Por
tanto, el ministerio de la muerte, es decir, el ministerio del Dios viviente,
comienza cuando el Dios viviente, el gran dragón, la serpiente primitiva, el
Diablo, Satanás, retira a un tercio de los ángeles del reino celestial:
Y
apareció otra señal en el cielo: y he aquí un grande dragón bermejo, que tenía
siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas. Y su cola arrastraba la
tercera parte de las estrellas del cielo, y las echó en tierra. Y el dragón se
paró delante de la mujer que estaba de parto, a fin de devorar a su hijo cuando
hubiese nacido. Apocalipse 12:3,4.
Y fue
lanzado fuera aquel gran dragón, que es la serpiente antigua, que es llamado
diablo y el Satanás, el cual engaña al mundo entero; y fue arrojado en tierra,
y sus ángeles fueron derribados con él. Apocalipse 12:9.
Fuimos
precipitados en este planeta Tierra y así fue como se produjo esta creación
basada en la vanidad de nuestro creador:
En el
principio creó Dios los cielos y la tierra. Y
la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del
abismo, y el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Gênesis 1:1,2;
Porque
hasta la ley, el pecado estaba en el mundo; mas el pecado no era imputado, no
habiendo ley. Pero, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron
a la manera de la rebelión de Adán; el cual es figura del que había de venir.
Mas no como el delito, tal es el don; porque si
por el delito de aquel uno murieron muchos, mucha más la gracia de Dios, y el
don por la gracia de un hombre, Jesús el Cristo, abundó a muchos. Romanos 5:13-15.
Pero
antes que viniese la fe, estábamos guardados bajo la ley, encerrados para
aquella fe que había de ser descubierta. De manera que la ley fue ayo nuestro para llevarnos a Cristo, para que
fuésemos justificados por la fe. Mas
venida la fe, ya no estamos bajo la mano del ayo; porque todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo
Jesús. Porque todos los que habéis sido
bautizados en Cristo, de Cristo estáis vestidos. No hay aquí judío, ni griego; no hay siervo, ni libre; no hay macho, ni
hembra: porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Gálatas 3:23-28.
En el
principio ya era la Palabra, y aquel que es la Palabra era con el Dios, y la
Palabra era Dios. Este era en el principio con el Dios. Todas las cosas por él fueron hechas; y sin él nada de lo que es hecho,
fue hecho. En él estaba la vida, y la
vida era la luz de los hombres. Y la luz
en las tinieblas resplandece; mas las tinieblas no la comprendieron. João 1:1-5.
Pero
cuando la palabra dice que todo fue hecho por Jesucristo y sin él nada fue
hecho, por tu testimonio, sabes que todo lo que Jesús hizo agradó a Dios
nuestro Padre Celestial. Por tanto, lo que se hizo en la carne no lo hizo
Jesús, sino el Dios vivo.
De
ahí por qué el Dios vivo es categórico cuando dice:
Ved ahora
que yo, yo soy, y no hay dioses conmigo; yo hago morir, y yo hago vivir; yo
hiero, y yo curo; y no hay quien pueda librar de mi mano. Deuteronômio 32:39.
Por
cuanto la prudencia de la carne es enemistad contra Dios; porque no se sujeta a
la ley de Dios, ni tampoco puede. Romanos 8:7;
Porque el
que siembra en su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra en
el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. Gálatas 6:8;
Porque la
carne codicia contra el Espíritu, y el Espíritu contra la carne; y estas cosas
se oponen la una a la otra, para que no hagáis lo que quisierais. Gálatas 5:17;
Lo que es
nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, Espíritu es. João 3:6;
El
Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo
os he hablado, son Espíritu y son vida. João 6:63.
Y yo sé
que en mí (es a saber, en mi carne) no mora el bien, porque tengo el querer,
mas efectuar el bien no lo alcanzo.
Porque no hago el bien que quiero; pero el mal
que no quiero, éste hago. Y si hago lo
que no quiero, ya no obro yo, sino el pecado que mora en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley:
Que el mal me es propio. Porque con el
hombre interior, me deleito con la ley de Dios; mas veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi
mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.
¡Miserable hombre de mí! ¿Quién me librará del
cuerpo de esta muerte? La gracia de Dios,
por Jesús, el Cristo o el Ungido , Señor nuestro. Así que, yo mismo con la
mente sirvo a la ley de Dios, pero con la carne a la ley del pecado. Romanos 7:18-25.
Pero esto
digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el Reino de Dios; ni
la corrupción hereda la incorrupción. 1 Coríntios 15:50;
Respondió
Jesús, y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere otra vez,
no puede ver el Reino de Dios. João 3:3.
Así
que ahora sabemos que la carne y todo el mal que de ella proviene son obras del
Dios viviente. Y entonces, es necesario nacer de nuevo en Jesucristo:
Y la
esperanza no será avergonzada; porque el amor de Dios está derramado en
nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos es dado. Porque el Cristo, cuando
aún éramos flacos, a su tiempo murió por los impíos. Ciertamente apenas muere alguno por un justo; porque
por lo bueno puede ser que alguno osara morir. Mas Dios encarece su caridad para con nosotros, en que siendo aún
pecadores, el Cristo murió por nosotros. Romanos 5:5-8,
En
este sentido, Jesús es la palabra, la palabra de Dios Padre, que se hizo
presente en las obras del Dios vivo, para hacerse carne como nosotros, para
liberarnos del poder del Dios vivo, a saber: el Diablo, Satán.
En el
principio ya era la Palabra, y aquel que es la Palabra era con el Dios, y la
Palabra era Dios. Este era en el principio con el Dios. Todas las cosas por él fueron hechas; y sin él nada de lo que es hecho,
fue hecho. En él estaba la vida, y la
vida era la luz de los hombres. João 1:1-4.
Los
cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de
varón, sino de Dios. Y aquella Palabra fue hecha carne, y habitó entre nosotros; (y vimos su
gloria,) gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
João 1:13,14.
Y
así, la afirmación del Dios vivo es correcta, cuando asume que la muerte y el
sufrimiento son sus obras:
Ved ahora
que yo, yo soy, y no hay dioses conmigo; yo hago morir, y yo hago vivir; yo
hiero, y yo curo; y no hay quien pueda librar de mi mano. Deuteronômio 32:39.
Y
es por eso que el Espíritu Santo de la Verdad responde a la afirmación del Dios
viviente de que Él es el único responsable del sufrimiento y la muerte:
Así que,
por cuanto los hijos participan de carne y sangre, él también participó de lo
mismo, para destruir por la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto
es, al diablo,
Y librar a los que por el temor de la muerte
estaban por toda la vida sujetos a servidumbre. Hebreus 2:14,15.
En
cuanto a Jesucristo, las Escrituras se refieren a él de la siguiente manera:
Porque ¿A
cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Mi Hijo eres tú, hoy yo te he engendrado,
Y otra vez: Yo seré a él Padre, y él me será a mí Hijo? Y otra vez, cuando
metiendo al Primogénito en la redondez de la tierra, dice: Y adórenlo todos los
Angeles de Dios. Y ciertamente de los
ángeles dice: El que hace a sus ángeles espíritus, y a sus ministros llama de
fuego.
Mas al Hijo: Tu trono, oh DIOS; por el siglo del
siglo; vara de equidad la vara de tu Reino; amaste la justicia, y aborreciste la maldad; por lo cual te ungió Dios,
el Dios tuyo, con óleo de alegría más que a tus compañeros. Y: Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra; y
los cielos son obras de tus manos;
ellos perecerán, mas tú eres permanente; y todos
ellos se envejecerán como una vestidura; y
como un vestido los envolverás, y serán mudados; pero tú eres el mismo, y tus
años nunca se acabarán. Pues, ¿A cuál de
los ángeles dijo jamás: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos
por estrado de tus pies? ¿No son todos
espíritus servidores, enviados en servicio por amor de los que son los
herederos de la salud? Hebreus 1:5-14.
Lo
que vimos es que solo Jesucristo demostró, con su testimonio vivido por él, que
él era el único que luchaba por nuestra salvación.
Porque
aunque haya algunos que se llamen dioses, o en el cielo, o en la tierra (como
hay muchos dioses y muchos señores), nosotros, sin embargo, no tenemos más que un Dios, el Padre, del cual
son todas las cosas, y nosotros en él; y un Señor, Jesús, el Cristo, por el
cual son todas las cosas, y nosotros por él. 1 Coríntios 8:5,6.
(Como
está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; somos estimados
como ovejas de matadero.) Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por aquel que nos
amó. Por lo cual estoy cierto que ni la
muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente,
ni lo por venir, ni lo alto, ni lo bajo,
ni ninguna criatura nos podrá apartar de la caridad de Dios, que es en el
Ungido, Jesús, Señor nuestro. Romanos 8:36-39.
Por
tanto, el cristiano no debe temer la venganza del Dios viviente. Porque nuestra
misión es tomar nuestra cruz y seguir a Jesucristo. Por tanto, nada puede
separarnos del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Y
por el poder del Espíritu Santo de la Verdad, el Espíritu Santo de Jesucristo,
que una vez fue una promesa, ahora se convierte en una realidad:
Pero
cuando viniere aquel Espíritu de Verdad, él os guiará a toda la verdad; porque
no hablará de sí mismo, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las
cosas que han de venir. João 16:13;
Al
Espíritu de Verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le
conoce; pero vosotros le conocéis; porque permanece con vosotros, y será en
vosotros. João 14:17.
Y
es el Espíritu Santo de la Verdad quien nos asegura que Jesús murió en la cruz,
para no matar las almas de los hombres; y de él, nunca recibiremos venganza:
Porque el
Hijo del hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para
salvarlas. Y se fueron a otra aldea. Lucas 9:56;
Jesús el
Cristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. Hebreus 13:8;
El ladrón
no viene sino para hurtar, y matar, y destruir las ovejas ; yo he venido para
que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. João 10:10.
Por
lo tanto, de Jesús recibimos buenos dones, porque Jesús es la imagen de Dios
Padre y, por lo tanto, nunca espere venganza de Jesucristo:
Toda
buena dádiva, y todo don perfecto es de lo alto, que desciende del Padre de las
lumbres, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación. Tiago 1:17;
Yo y el
Padre una cosa somos. João 10:30;
Y
nosotros hemos conocido y creído la caridad que Dios tiene en nosotros. Dios es
caridad; y el que permanece en caridad, permanece en Dios, y Dios en él.1 João 4:16;
El que no
ama, no conoce a Dios; porque Dios es caridad. 1 João 4:8;
La
caridad es sufrida, es benigna; la caridad no tiene envidia, la caridad no hace
sin razón, no se envanece; no es injuriosa, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa mal; no se recrea de la injusticia, mas se recrea de la
verdad; todo lo sufre, todo lo cree, todo
lo espera, todo lo soporta. La caridad
nunca se pierde; mas las profecías se han de acabar, y cesarán las lenguas, y
la ciencia ha de acabar; porque en parte
conocemos, y en parte profetizamos; mas
cuando venga lo que es perfecto, entonces lo que es en parte será quitado.
1 Coríntios 13:4-10.
Y
porque, el amor de Dios Padre, todo sufre, todo cree, todo espera, todo lo
sostiene, Jesucristo sólo volverá después de los días de venganza del Dios
Viviente:
Y luego,
después de la tribulación de aquellos días, el sol se obscurecerá, y la luna no
dará su lumbre, y las estrellas caerán del cielo, y las virtudes de los cielos
serán conmovidas.
Y entonces se mostrará la señal del Hijo del
hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y
verán al Hijo del hombre que vendrá sobre las nubes del cielo, con grande poder
y gloria. Y enviará sus ángeles con
trompeta y gran voz; y juntarán sus escogidos de los cuatro vientos, de un cabo
del cielo hasta el otro. Mateus 24:29-31;
Ya no
hablaré mucho con vosotros, porque viene el príncipe de este mundo; mas no
tiene nada en mí. João 14:30;
Respondió
Jesús: Ninguna potestad tendrías contra mí, si no te fuese dado de arriba; por
tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene. João 19:11.
Rayendo
la cédula de los decretos que nos era contraria, que era contra nosotros,
quitándola de en medio y clavándola en el madero; y despojando los
principados y las potestades, sacándolos a la vergüenza en público, confiadamente
triunfando de ellos en él. Colossenses 2:14,15.
Jesucristo,
después de la gran tribulación impuesta por el gobierno del Dios vivo, en el
planeta Tierra, vendrá en las nubes, en el aire, a buscarnos.
Jesucristo
no pondrá un pie en el planeta Tierra. El planeta Tierra será destruido por las
estrellas celestes.
Primero,
sin embargo, los ángeles de Jesucristo nos buscarán en este planeta. Los
muertos resucitarán y los vivos arrebatados.
Y
viviremos con el Señor Jesucristo, en la morada que él fue a preparar para
nosotros, fuera de este planeta, para siempre.
Porque el
mismo Señor con aclamación, con voz de Arcángel y con trompeta de Dios,
descenderá del cielo; y los muertos en el Cristo resucitarán primero; luego nosotros, los que
vivimos, los que quedamos, y juntamente con ellos seremos arrebatados en las
nubes a recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
1 Tessalonicenses 4:16,17;
He aquí,
os digo un misterio: Todos ciertamente resucitaremos, mas no todos seremos
transformados. En un momento, en un abrir de ojo, a la final trompeta; porque será
tocada la trompeta, y los muertos serán levantados sin corrupción; mas nosotros
seremos transformados. 1 Coríntios
15:51,52;
No se
turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la Casa de mi Padre
muchas moradas hay; de otra manera os lo hubiera dicho; porque voy a aparejaros
el lugar.
Y si me fuere, y os aparejare el lugar, vendré
otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también
estéis. João 14:1-3.
Por
lo tanto, la palabra de la Escritura de que Jesucristo regresará para gobernar
este planeta, o que Jesús vendrá como vengador, no es parte del amor de Dios,
ni se basa en el testimonio de Jesucristo, sino en la venganza de Dios; el Dios
vivo, a saber: Satanás.
Mas sea
vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede. Mateus 5:37;
O haced
el árbol bueno, y su fruto bueno, o haced el árbol podrido, y su fruto podrido;
porque por el fruto es conocido el árbol. Mateus 12:33.
En
ese caso, esta palabra del apóstol Pablo, 2 Tesalonicenses 1: 7-12, que
estudiaremos a continuación; implicando que Jesús regresará como un vengador;
Fue escrito por alguien del judaísmo, o el apóstol estaba equivocado, bajo el
poder del diablo. Porque esta palabra no se basa en el testimonio de Jesucristo,
sino en las acciones de Satanás, un asesino y un mentiroso, como lo declaró el
mismo Jesucristo.
Y a
vosotros, que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste
el Señor Jesús del cielo con los angeles de su potencia, con llama de fuego, para
dar el pago a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al Evangelio del Señor
nuestro, Jesús, el Cristo; los cuales
serán castigados de eterna perdición por la presencia del Señor, y por la
gloria de su potencia, cuando viniere
para ser glorificado en sus santos, y a hacerse admirable en aquel día en todos
los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros);
por lo cual, asimismo oramos siempre por
vosotros, que nuestro Dios os tenga por dignos de su llamado, y llene de bondad
a cada voluntad, y a toda obra de fe con potencia, para que el Nombre del Señor nuestro, Jesús, el Cristo
sea clarificado en vosotros, y vosotros en él, por la gracia de nuestro Dios y
del Señor Jesús, el Cristo. 2 Tessalonicenses 1:7-12;
Porque
éstos son días de venganza, para que se cumplan todas las cosas que están
escritas. Lucas 21:22.
No
confundamos de ninguna manera el amor de Dios Padre, según el testimonio de
Jesucristo; con la ira del Dios vivo, lleno de venganza, sufrimiento, dolor y
muerte.
Porque
el Dios vivo nos prueba, nos causa dolor, sufrimiento y muerte, buscando
nuestra condenación a la muerte segunda. A su vez, Jesucristo ofrece su vida en
sacrificio, para que podamos confiar en el amor del Verdadero Padre Dios;
Luego, siguiendo el ejemplo de Jesucristo, eligiendo morir antes que matar,
regresaremos a nuestro hogar celestial.
Por
tanto, nuestra salvación nunca será el resultado de nuestra unión con el Dios
viviente, también llamado por: Satanás, Diablo, Ira de Dios, vengador; en el
fratricidio venidero, como lo hizo Moisés contra su pueblo:
Y él les
dijo: Así dijo el SEÑOR Dios de Israel: Poned cada uno su espada sobre su
muslo; pasad y volved de puerta a puerta por el campamento, y matad cada uno a
su hermano, y a su amigo, y a su pariente. Êxodo 32:27.
Nuestra
salvación viene de tomar nuestra cruz y seguir a Jesucristo, según su
testimonio, eligiendo morir antes que matar.
Cualquiera
que aborrece a su Hermano, es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida
eterna permaneciente en sí. 1 João 3:15;
Y ellos
le han vencido por la sangre del Cordero, y por la Palabra de su testimonio; y
no han amado sus vidas hasta la muerte. Apocalipse 12:11.
De
esta manera, tenemos un Dios vivo, que se llama así porque es el creador de los
seres vivos. Este Dios, creador de los vivos, no oculta que es vengativo,
enojado y que practica el bien y el mal. Y de alguna manera lucha por nuestra
convicción.
Para que
se sepa desde el nacimiento del sol, y desde donde se pone, que no hay más que
yo. Yo soy el SEÑOR, y ninguno más que yo. Que formo la luz, y creo las tinieblas; que hago la paz y que creo el
mal. Yo soy el SEÑOR, que hago todo esto. Isaías 45:6,7.
Y
tenemos un Dios vivo, Jesucristo, que se llama así porque en realidad vivió
entre los seres humanos. Él es el Señor de nuestro espíritu y responsable de
nuestra salvación.
El ladrón
no viene sino para hurtar, y matar, y destruir las ovejas ; yo he venido para
que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. YO SOY el buen pastor; el
buen pastor su alma da por sus ovejas. João 10:10,11.
Estos
dos Señores viven en lados opuestos.
Y
aunque sus ministerios tienen misiones opuestas, de alguna manera las
religiones los han mezclado para nuestra confusión.
E
incluso los apóstoles, que vivieron con Jesucristo, a veces actúan para el ministerio
del Dios vivo, a veces para el ministerio de Jesucristo. Y por eso, la
humanidad no puede deshacerse de las malas profecías del Dios viviente. Porque
no saben a qué Dios servir.
Arriba
vimos al apóstol Pablo, 2 Tesalonicenses 1: 7-12, confundiendo la venida del
Dios viviente, lleno de odio, ira y venganza contra los mortales;
confundiéndola con el regreso de Jesucristo, lleno de amor y misericordia hacia
los que hicieron el bien, según su testimonio, para llevarnos a su morada
eterna.
No se
turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la Casa de mi Padre
muchas moradas hay; de otra manera os lo hubiera dicho; porque voy a aparejaros
el lugar.
Y si me fuere, y os aparejare el lugar, vendré
otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también
estéis. João 14:1-3.
En
ningún momento Dios Padre, según el testimonio de Jesucristo, condenó a ningún
ser, ya fuera ángel o humano. Y esto, quedó exhaustivamente demostrado, a
través del sacrificio de Jesucristo en la cruz, mostrando que Dios Padre está
con los brazos abiertos para todo ser que quiera renunciar a la práctica del
mal y volver a vivir el amor de Dios Padre.
En
el momento en que elijo continuar viviendo en un estado de vileza, malicia y
libertinaje, automáticamente me alejo de la luz de Dios Padre, hacia la
oscuridad que me sostiene.
Por
tanto, la venganza del Dios vivo es una manifestación de odio, rabia,
sufrimiento y dolor, por tener que permanecer en la oscuridad pastoreando seres
que se rebelaron con él.
Seres
que optaron por la guerra, la ira y la venganza, y por eso, conocerán y
sufrirán la revuelta del Dios de los vivos, en el infierno que prepararon con
sus actitudes. Por ejemplo, tenemos lo que los seres humanos están haciendo
ahora con el planeta Tierra, a través de sus guerras fratricidas.
Sin
embargo, para ustedes que están leyendo esta revelación, todavía hay esperanza.
Haga su elección por el amor del Padre y comience a nacer de nuevo con
Jesucristo hoy.
Y
así, esa fue nuestra segunda parte, acerca de la revelación: LA VENGANZA DEL
DIOS VIVIENTE.
En
la tercera parte, continuamos revelando los engaños del Dios vivo, a medida que
recibimos el conocimiento de la Verdad que es Jesucristo, cuyo testimonio,
seguido y practicado por nosotros, nos concede la liberación del infierno, que
es la muerte segunda, con el Dios vivo.
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